Un estudio ha revelado que muchos productos de uso diario en hogares y lugares de trabajo contienen sustancias químicas tóxicas conocidas que pueden causar cáncer, afectar negativamente la función sexual y la fertilidad en adultos o dañar a los fetos en desarrollo, estos productos de consumo liberaron más de 5,000 toneladas de sustancias químicas en 2020 solo en California.
El estudio se basa en datos de la Junta de Recursos Atmosféricos de California (CARB), que realiza encuestas periódicas a las empresas que venden productos en California para reducir el smog.
Los investigadores han identificado 33 compuestos orgánicos volátiles (COV) tóxicos presentes en productos de consumo y han identificado 30 tipos de productos y 11 sustancias químicas que consideran de alta prioridad para su reformulación con alternativas más seguras o para una acción reguladora debido a la alta toxicidad de las sustancias químicas y su uso generalizado.
Los productos de limpieza, los cosméticos y otros productos de uso generalizado contienen una serie de sustancias químicas tóxicas conocidas que pueden ser peligrosas para la salud humana.
El estudio, basado en datos de la Junta de Recursos Atmosféricos de California, encontró que muchos productos domésticos, como champús, lociones corporales, productos de limpieza y naftalina, liberan compuestos orgánicos volátiles tóxicos en el aire interior.
Además, identificaron COV tóxicos frecuentes en productos muy utilizados por los trabajadores en el trabajo, como líquidos de limpieza, adhesivos, decapantes y esmaltes de uñas.
Los investigadores han cruzado los datos más recientes con una lista de sustancias químicas identificadas como carcinógenas o tóxicas para la reproducción o el desarrollo en virtud de la Ley de Derecho a Saber de California, la Propuesta 65.
Esta medida, promulgada en 1986, exige a las empresas que notifiquen a los californianos la exposición significativa a sustancias químicas que se sabe que provocan cáncer, defectos de nacimiento u otros daños reproductivos.
El estudio identifica los productos de consumo que contienen carcinógenos y tóxicos para la reproducción y el desarrollo que se utilizan ampliamente en el hogar y en el lugar de trabajo.
Los consumidores tienen poca información sobre los ingredientes de estos productos, lo que les impide tomar medidas preventivas para proteger su salud. Por lo tanto, se necesitan esfuerzos más sólidos por parte de las empresas y los organismos reguladores para informar a los consumidores sobre la presencia de sustancias químicas peligrosas en los productos que utilizan a diario.
Los investigadores también descubrieron que es probable que las personas estén expuestas a muchas sustancias químicas peligrosas juntas en forma de mezclas a través del uso de muchos productos diferentes.
Por ejemplo, los conserjes pueden utilizar una combinación de limpiadores generales, desengrasantes, detergentes y otros productos de mantenimiento. Esto podría exponerlos a más de 20 COV diferentes incluidos en la lista de la Propuesta 65.
Además, el estudio también sugiere que los consumidores y los trabajadores deben estar más informados sobre las sustancias químicas presentes en los productos que utilizan. La falta de transparencia en la divulgación de los ingredientes impide que los consumidores tomen decisiones informadas sobre su exposición a sustancias químicas peligrosas.
Es importante destacar que este estudio se centra en California, pero los hallazgos podrían ser aplicables a otros lugares del mundo. En muchos países, existe una falta de regulación y supervisión en la fabricación y el etiquetado de productos químicos peligrosos, lo que aumenta el riesgo de exposición a estas sustancias.
Los consumidores pueden tomar medidas para reducir su exposición a sustancias químicas peligrosas. En primer lugar, deben leer las etiquetas de los productos y elegir aquellos que contienen ingredientes naturales y seguros. También pueden reducir la cantidad de productos químicos que utilizan en el hogar y en el trabajo, optando por alternativas más seguras y ecológicas.
Las empresas también tienen un papel importante que desempeñar en la reducción de la exposición a sustancias químicas peligrosas. Deben ser más transparentes en cuanto a los ingredientes que utilizan en sus productos, y trabajar para reformular aquellos que contienen sustancias químicas peligrosas con alternativas más seguras.