México.- A nivel mundial el confinamiento adoptado por la sociedad como medida preventiva ante el aumento de contagios de COVID-19, ha causado cambios en los niveles de contaminación atmosférica durante las últimas semanas.
El cierre de compañías, institutos, escuelas, plazas, centros de entretenimiento, restaurantes, parques, negocios, zonas turísticas, así como la paralización o reducción del tráfico terrestre, marítimo y aéreo han generado que la huella de carbono se modifique.
Sin embargo, expertos de todo el mundo debaten el impacto real de esta situación aparentemente favorable para el medio ambiente, cuánto tiempo durará, y las consecuencias que vendrán para el planeta cuando el aislamiento termine.
La huella de carbono representa la cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero que producimos al elaborar un producto o llevar acabo actividades cotidianas; se manifiesta en toneladas de dióxido de carbono (CO2) emitidas. Lo que significa que cada persona contamina según su consumo y hábitos.
La Organización Meteorológica Mundial (OMM), dependiente de Naciones Unidas ha manifestado que aunque se haya reducido la actividad humana en calles y distintos espacios, la pandemia de COVID-19 tiene poco impacto en el cambio climático; ya que la disminución en contaminantes y emisiones de CO2 es un efecto temporal.
El director de la Sección del Sistema Tierra del Departamento de Infraestructura de la OMM, Lars Peter Riishojgaard, detalló que cuando la pandemia finalice y las actividades vuelvan a la normalidad, estas emisiones aumentarán.
Ante la mejora que ha habido en la calidad del aire en diferentes partes del mundo, el especialista apuntó que no es prueba suficiente, pues la situación no mejorará en su totalidad.
Por su parte, el Secretario General de la OMM, Petteri Taalas dijo que las consecuencias del cambio climático y de la creciente cantidad de desastres de naturaleza meteorológica no cesan y que la pandemia de la COVID-19 conlleva un desafío adicional.
De acuerdo con medios internacionales, la OMM reiteró recientemente que este paro de actividad industrial no exime a los países de continuar el combate contra el cambio climático.
Aunque se reduzcan temportalmente las emisiones de gases efecto invernadero, dijo Clare Nullis, portavoz de la Organización, el CO2 ha existido en la atmósfera y océanos por siglos, lo cual significa que la Tierra continúa abocada a un cambio climático.
Nullis comentó a la prensa que en diversos centros de observación de la concentración de emisiones en la atmósfera, se han registrado en los primeros meses del año concentraciones de dióxido de carbono incluso mayores que las de 2019.
Por otro lado, la organización ambientalista Greenpeace llamó a unir esfuerzos de todo el mundo para combatir la crisis climática, no sólo durante la pandemia. Puntualizó que aunque últimamente se hayan registrado bajas emisiones de CO2 en varios países, esta disminución debe ser constante y con un plan global.
Informó que ya se han realizado estimaciones sobre qué nivel de reducción puntual de emisiones causará la crisis sanitaria.
“Alemania podría emitir entre 50 y 120 millones de toneladas menos de CO2 este año por la enorme bajada en la demanda de electricidad. En Nueva York se estima una caída del 5-10 por ciento de emisiones de CO2 y una caída sólida en el metano”, apuntaron.
La ONG agregó que en España, la reducción del transporte por carretera se ha estabilizado en el 70 por ciento tanto en ámbito interurbano como metropolitano, mientras que el número de vuelos con origen o destino en ese país cayó más de 90 por ciento.
Algunos otros países donde se han registrado bajas en estas emisiones son China, Italia, Bogotá, Colombia, Perú y Argentina. Greenpeace alertó que estas reducciones sólo se dieron porque las actividades humanas se vieron obligadas a frenar, en una situación que trae graves consecuencias sociales y económicas.
Además, agregaron, los últimos cinco años fueron los más calurosos, de acuerdo con el Servicio Europeo de Cambio Climático.
Efectos contrarios
Especialistas de la Universidad de Chile e investigadores del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR) afirmaron que la reducción en lo niveles de contaminación por la pandemia podría traer consecuencias negativas; Nicolás Huneeus y Anahí Urquiza advirtieron algunos efectos para el medio ambiente que podría traer la recesión económica.
Los expertos coincidieron en que este fenómeno es temporal y no tendría mayor incidencia en la mitigación del calentamiento global.
“Los gases de efecto invernadero perduran mucho tiempo en la atmósfera, de décadas hasta cientos de años. Mientras que los gases criterio (como el dióxido de nitrógeno), que afectan la calidad del aire, duran relativamente poco, del orden de un par de días hasta algunas semanas”, afirmó Huneeus.
Cuando las cosas vuelvan a la normalidad, es probable que el escenario sea incluso peor que antes, porque las industrias y el transporte emitirán más
Lo anterior significa que la reducción que ocurra en el período de pandemia va a tener un impacto muy menor a futuro, “porque las emisiones de ahora se superponen con las anteriores y las venideras”, dijo.
Una de las preocupaciones para los especialistas es que las medidas de crecimiento que se impulsen luego de superar la cuarentena para reactivar la economía, traigan consigo efectos negativos para el medio ambiente.
Huneeus alertó que “cuando las cosas vuelvan a la normalidad, es probable que el escenario sea incluso peor que antes, porque las industrias y el transporte emitirán más”.
Mientras que Urquiza comentó que “la gran preocupación va a ser cómo reactivamos la economía, y la forma más fácil de hacerlo es mediante el consumo e incentivando las energías sucias. Esa es la fórmula más fácil y rápida”.
En Chile la situación para el medio ambiente no será favorecedora si la cuarentena se prolonga, ya que una gran fuente de contaminación en ese país es la calefacción que se genera a partir de leña.
“Si esto se alarga durante el invierno, es probable que tengamos el efecto contrario, que el COVID-19 en vez de reducir la contaminación, la aumente, porque la gente se quedará más en sus casas y las calefaccionarán para tener una temperatura de confort. Puede que haya más emisiones y contaminación incluso en horarios en que normalmente se mantienen más bajas“, advirtió Huneeus.
Mientras que Urquiza añadió que “esta situación representaría una verdadera bomba de tiempo para la salud de la población. Ya hay estudios en Italia que indican que la contaminación por material particulado favorecería la transmisión del virus. (...) En general, los centros de salud en invierno están colapsados por las enfermedades respiratorias y por la misma leña, que es la forma más barata de calefaccionarse”.
Ante esta situación, los expertos concluyeron que la pandemia y sus efectos medioambientales representan una oportunidad para una transformación profunda hacia un modelo sostenible, que no implique la sobreexplotación de los recursos.
¿Cómo contribuir desde casa?
La profesora de biología y desarrollo sustentable del Tec de Monterrey campus Estado de México, María del Carmen Hernández, afirmó al instituto educativo que hasta el momento, en México no se han tomado medidas de contención estrictas para poder hacer una evaluación y ver una reducción significativa en la emisión de los principales contaminantes atmosféricos.
Sin embargo, la académica recomendó algunos hábitos básicos para implementar durante la cuarentena que harán un consumo más eficiente de energía en el hogar.
Algunos de ellos son: apagar luces de habitaciones que no se ocupen, aprovechar la luz natural, desconectar aparatos que no se utilicen, utilizar focos ahorradores, hacer buen uso de electrodomésticos, usar agua caliente sólo si es necesario, tapar ollas al cocinar y moderar el uso de aire acondicionado.
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