El sistema que se construyó para medir la humedad del suelo y la salinidad del mar usó estimaciones de las velocidades del viento en climas extremos y, de acuerdo a los primeros resultados, mejoró “los errores en los tiempos de anticipación de los pronósticos de 36 a 72 horas en los extra trópicos”.
La ESA informó en su página de Internet, que la efectividad de las mediciones se debe a que tradicionalmente la predicción de fenómenos naturales como tormentas o huracanes se hace con imágenes tomadas desde el espacio.
No obstante, los anteriores satélites lo hacían con cámaras que no logran obtener información de las masas de nubes en rotación, mientras que el Satélite de Humedad Terrestre y Salinidad en los Océanos ofrece datos gracias al radiómetro con el que funciona.
SMOS captura imágenes de la radiación emitida por la superficie de la Tierra, lo que permite obtener datos sobre la humedad en el suelo y la concentración de sal en el océano, mismos que están directamente relacionados con la velocidad de los vientos.
Las lecturas del radiómetro de microondas permiten a los científicos calcular la velocidad de los vientos en tiempo real.
Actualmente, los datos del SMOS se usan en colaboración con algunos centros de detección de huracanes y tormentas como el Centro Conjunto de Advertencia de Tifones (JTWC), de Estados Unidos, donde se evalúa los beneficios de su uso.