Madrid.- Las partículas de arena y sal, presentes en grado muy elevado en Catar, la sede del próximo mundial de fútbol en 2022, no son tan perjudiciales para el ser humano como las que saturan la atmósfera en las grandes urbes europeas, donde suelen proceder del nitrógeno de los coches.
Durante los Mundiales de atletismo desarrollados en octubre pasado en Doha, la empresa española Kunak Technologies llevó a cabo, en colaboración con la IAAF y la ONU, una nueva etapa del proyecto de monitorización de la calidad del aire en las pistas de atletismo alrededor del mundo.
Sus conclusiones, asegura Miguel Escribano, su Business Development Manager, serán puestas a disposición de entrenadores y organizadores de eventos deportivos.
"Los objetivos del proyecto son generar conciencia en el público sobre la calidad del aire y las condiciones medioambientales y mejorar la salud a largo plazo de los deportistas. Estamos cerca de demostrar con datos cuáles son las mejores horas para entrenar y competir. Es parte de sentido común pero ahora tenemos datos que lo soportan, y queremos un conocimiento científico sobre qué correlación hay entre los niveles de partículas y gases contaminantes con el rendimiento en las competiciones", explicó Escribano.
Los datos científicos recabados a lo largo del último año mediante equipos desplegados en México, Yokohama, Sidney, Mónaco y Etiopía enseñarán a los organizadores de eventos cómo proteger tanto a los deportistas como a la población.
Los equipos producidos por la firma española registraron en tiempo real datos sobre la calidad del aire y midieron los niveles de agentes contaminantes como las partículas PM2.5, PM10, O3 y NO2, que tiene una incidencia directa en el rendimiento de los deportistas.
En Ciudad de México colaboraron con las autoridades de calidad del aire y confirmaron que la hora elegida y el recorrido del maratón "eran los más idóneos a pesar de que hay unos niveles de contaminación importantes. Este año el maratón de México, dirigido por Javier Carballo, ha tenido por primera vez la Etiqueta de Oro de la IAAF".
En Doha colocaron un equipo fuera del estadio climatizado, en la pista de entrenamiento, que registró una variación de humedad muy fuerte durante el día. "Cuando hay mucha temperatura baja la humedad, pero en cuanto baja la temperatura por la tarde, sube brutalmente la humedad, es inversamente proporcional", subraya Escribano.
"Hemos confirmado que Catar es un país con una de las mayores partículas de PM2.5, de un tamaño tan pequeño que las respiramos y son capaces de traspasar la piel interna de los pulmones, si son perjudiciales. En Catar hay unos niveles muy elevados, pero la composición química de estas partículas es arena y sal, por eso no son tan perjudiciales como las que se pueden encontrar en ciudades europeas, donde suelen proceder del nitrógeno de los coches".
En los Juegos de Tokio 2020 se esperan unas condiciones similares a las de Catar, a las que habrá que sumar la radiación solar.
"Se va a publicar toda la experiencia adquirida en Doha mediante los equipos que miden el estrés térmico y todo eso se va a compartir con coordinadores de carreras y entrenadores. El proyecto sigue. Las siguientes citas serán los Mundiales en pista cubierta de Nanjín, en primavera; en el mundial sub-20 de Nairobi y en los Juegos de Tokio.
El Mundial de fútbol contará con 12 estadios climatizados, sin reparar en gastos. Acondicionar el Khalifa Stadium durante los Mundiales de atletismo costó más de 80 millones de euros, apenas una propina para el tercer país con las mayores reservas de gas natural, que aspira a demostrar al mundo sus dotes organizadoras.