Finlandia tiene uno de los objetivos de neutralidad de carbono más ambiciosos del mundo y está en buena posición para alcanzarlo, dada su ya baja dependencia de los combustibles fósiles. Pero para alcanzar plenamente sus objetivos climáticos, garantizando al mismo tiempo la seguridad energética y promoviendo una economía sostenible, se necesitan mayores esfuerzos para acelerar el despliegue de la energía solar y eólica, y para que el transporte y la industria dejen de depender del petróleo y el gas, según la última revisión de políticas de la Agencia Internacional de la Energía (AIE).
Desde la última revisión de políticas de la Agencia en 2018, Finlandia ha actualizado su Ley de Cambio Climático para incluir el requisito legal de alcanzar la neutralidad de carbono para 2035, junto con objetivos vinculantes para reducir todas las emisiones de gases de efecto invernadero entre un 90% y un 95% para 2050.
Gracias a su parque de centrales nucleares y a la elevada proporción de generación de electricidad a partir de biomasa, energía hidráulica y eólica, Finlandia ya tiene una baja dependencia de los combustibles fósiles. En 2021, los combustibles fósiles cubrían el 36% de su suministro total de energía, muy por debajo de la media de la AIE del 70%. Entre los países miembros de la AIE, sólo Suecia tiene un porcentaje inferior de combustibles fósiles en su combinación energética. Finlandia no produce combustibles fósiles e importa todo su petróleo, gas natural y carbón.
Finlandia tiene previsto alcanzar la neutralidad de carbono manteniendo una elevada cuota de energía nuclear, aumentando el papel de las energías renovables en la generación de electricidad y la producción de calor, mejorando la eficiencia energética y electrificando sectores como la industria y el transporte. La bioenergía también desempeña un papel fundamental en las políticas climáticas y energéticas de Finlandia: la biomasa forestal es actualmente una fuente clave de electricidad y calor, y los biocombustibles están llamados a desempeñar un papel central en el apoyo a la transición energética limpia del sector del transporte.
"Los ambiciosos objetivos de Finlandia para alcanzar la neutralidad de carbono en 2035 ponen de manifiesto el liderazgo del país en cuestiones climáticas y energéticas", afirmó Fatih Birol, Director Ejecutivo de la AIE. "Finlandia está bien situada para alcanzar sus objetivos gracias al duro trabajo y a la inversión que ya ha realizado en centrales nucleares y energía hidroeléctrica, y el país es puntero en varias tecnologías energéticas clave, como las baterías y las bombas de calor. Al mismo tiempo, Finlandia sigue teniendo un alto nivel de consumo energético en relación con el tamaño de su economía, lo que demuestra la oportunidad de que la eficiencia energética contribuya a mejorar la seguridad energética y a reducir las emisiones en sectores como el transporte y la industria."
La energía nuclear desempeña un papel clave en el sector energético de Finlandia y es fundamental para los objetivos del gobierno de alcanzar la neutralidad en carbono y reducir la dependencia de las importaciones de energía. La energía nuclear representó el 33% de la generación total de electricidad en 2021, y se espera que esta cifra aumente a más del 40% con el inicio previsto de las operaciones comerciales del reactor Olkiluoto 3 en 2023, la primera central nuclear nueva en Europa en 15 años. Finlandia también es líder mundial en gestión y eliminación de residuos nucleares. Se espera que la instalación de eliminación de residuos nucleares de Onkalo, en construcción cerca de Olkiluoto, empiece a funcionar en 2025 y será la primera instalación de eliminación permanente de combustible nuclear gastado del mundo.
Se espera que gran parte del crecimiento de la generación de electricidad renovable en Finlandia proceda de la energía eólica terrestre, junto con el desarrollo de sus primeras granjas marinas a gran escala. La energía solar fotovoltaica, hasta ahora una pequeña fuente de energía, también se expandirá rápidamente. Los combustibles derivados de la madera desempeñarán un papel importante a corto plazo, pero el Gobierno quiere que los sistemas de calefacción y refrigeración pasen a largo plazo a tecnologías sin combustión, como las bombas de calor, la recuperación del calor residual y la energía geotérmica.
El sector de la industria pesada, relativamente grande en Finlandia, y la elevada demanda de calefacción derivada de su clima frío son las principales razones de la alta intensidad energética de su economía y del consumo de energía per cápita. Esto hace que la eficiencia energética sea un pilar clave de la estrategia de Finlandia para alcanzar sus objetivos climáticos, reducir los costes de la energía e impulsar la seguridad energética.
En 2020, Finlandia ocupaba el cuarto lugar entre los países miembros de la AIE en cuanto a asignación de presupuesto público a I+D en energía como porcentaje del PIB, y se está impulsando el desarrollo de tecnologías energéticas nuevas y emergentes para impulsar las transiciones energéticas en sectores y usos finales difíciles de descarbonizar, especialmente la industria y el transporte pesado. Por ejemplo, el Gobierno considera que el hidrógeno de bajas emisiones y los combustibles basados en el hidrógeno son mejores soluciones que la electrificación directa para el transporte pesado por carretera, el transporte marítimo y la aviación.
El gobierno finlandés considera que la producción de minerales críticos y la cadena de suministro de baterías son áreas prometedoras para el desarrollo económico que también apoyan las transiciones energéticas. Finlandia cuenta con grandes yacimientos de cobalto, níquel, litio, grafito y otros minerales críticos, y alberga la única empresa fuera de China que suministra cobalto para baterías de iones de litio. Finlandia también es activa en otras partes de la cadena de suministro de baterías, desde la fabricación de baterías y cargadores hasta el reciclaje de baterías.