Ginebra(OMM) – El suministro de electricidad procedente de fuentes de energía limpia debe duplicarse en los próximos ocho años para limitar el aumento de la temperatura mundial. De lo contrario, existe el riesgo de que el cambio climático, el aumento de los fenómenos meteorológicos extremos y el estrés hídrico socaven nuestra seguridad energética e incluso pongan en peligro el suministro de energías renovables, según un nuevo informe interinstitucional de la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
El informe anual de la OMM sobre el estado de los servicios climáticos, que incluye aportaciones de 26 organizaciones diferentes, se centra este año en la energía porque es la clave de los acuerdos internacionales sobre desarrollo sostenible y cambio climático y, en realidad, de la salud del planeta.
“El sector energético genera alrededor de tres cuartas partes de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. La transición a formas limpias de generación de electricidad, como la solar, la eólica y la hidroeléctrica —y el aumento de la eficiencia energética— es esencial si queremos prosperar en el siglo XXI. El objetivo es lograr emisiones netas cero en 2050. Sin embargo, solo conseguiremos ese objetivo si duplicamos el suministro de electricidad de bajas emisiones en los próximos ocho años”, afirmó el profesor Petteri Taalas, Secretario General de la OMM.
“El tiempo nos apremia, y estamos presenciando cambios en nuestro clima. Necesitamos una transformación completa del sistema energético mundial”, afirma el profesor Taalas.
El acceso a información y servicios fiables sobre el tiempo, el agua y el clima será cada vez más importante para reforzar la resiliencia de la infraestructura energética y satisfacer la creciente demanda (a saber, un aumento del 30% en los últimos 10 años).
El Informe sobre el estado de los servicios climáticos en 2022: energía recoge muchas buenas noticias. En él se subrayan las oportunidades excepcionales que ofrecen las redes de energía verde para ayudar a combatir el cambio climático, mejorar la calidad del aire, conservar los recursos hídricos, proteger el medioambiente, crear puestos de trabajo y garantizar un futuro mejor para todos nosotros.
El informe incluye estudios de casos prácticos.
- Las advertencias meteorológicas tempranas protegen el suministro de energía en Beijing (China);
- Las pruebas de estrés climático garantizan la distribución adecuada de la electricidad en los Dolomitas italianos;
- Los sistemas de alerta en Tayikistán avisan con antelación de las condiciones de sequía para la planificación de las operaciones hidroeléctricas;
- La información localizada sobre los recursos eólicos está ayudando a la industria eólica a tomar decisiones;
- Las mediciones de la radiación solar respaldan la colocación de paneles solares en barreras antirruido en Alemania.
Para 2050, las necesidades mundiales de electricidad —que aumentarán con el transcurso de los años, y en las que la electrificación será un factor estratégico fundamental para abordar los objetivos de las emisiones netas cero— se cubrirán principalmente con energías renovables, entre las que la energía solar será la mayor fuente de suministro.
Los países africanos tienen la oportunidad de aprovechar un potencial inexplotado y ser protagonistas del mercado. El 60% de los mejores recursos solares del mundo se encuentra en África, pero la capacidad fotovoltaica instalada en este continente solo es del 1 % mundial.
“Debemos responder urgentemente al creciente impacto del cambio climático en los sistemas energéticos si queremos mantener la seguridad energética mientras aceleramos la transición a las emisiones netas cero. Para ello hacen falta tanto una planificación a largo plazo como medidas de política audaces para estimular la inversión, que a su vez debe estar respaldada por datos meteorológicos y climáticos completos y fiables”, afirmó el doctor Fatih Birol, Director Ejecutivo de la Agencia Internacional de Energía.
Ahora es el momento de acelerar la transición hacia un futuro de energías renovables. Todo lo que no sea una acción radical e inmediata acabará haciendo desaparecer la posibilidad de mantenerse en la senda de los 1.5 °C", afirmó Francesco La Camera, Director General de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA).
"Las crisis interrelacionadas de la energía y el clima han puesto de manifiesto de manera notable las debilidades y vulnerabilidades de un sistema económico muy dependiente de los combustibles fósiles. Avanzar en la transición a las energías renovables es una opción estratégica para aportar energía asequible, puestos de trabajo, crecimiento económico y un medioambiente resiliente para las personas y las comunidades sobre el terreno”, agregó.
Se pueden y se deben desplegar más esfuerzos. Según el Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, las medidas climáticas audaces podrían generar 26 billones de dólares de los Estados Unidos en beneficios económicos para 2030. Así y todo, la inversión en energías renovables es demasiado baja, especialmente en los países en desarrollo, y se presta muy poca atención a la importancia de los servicios climáticos para que la energía respalde tanto la adaptación al clima como las decisiones sobre cómo reducir los gases de efecto invernadero.
La OMM publica desde 2019 informes anuales sobre el estado de los servicios climáticos en respuesta a una petición de las Naciones Unidas para obtener más información acerca de las necesidades de adaptación de los países.
La edición de este año incluye la aportación de más asociados que nunca. Entre ellos se encuentran la Agencia Internacional de Energía, el Organismo Internacional de Energía Atómica, la IRENA, Sustainable Energy for All, ONU-Energía, la Fundación ENEL, el Fondo de Adaptación, el Fondo Verde para el Clima, el Fondo para el Medio Ambiente Mundial y el servicio de Copernicus relativo al cambio climático, junto con distintas organizaciones del sector privado y de la sociedad civil.
“El Fondo de Adaptación se complace en ser uno de los asociados fundadores y colaboradores de este valioso informe. El sector energético es crucial para ayudar a frenar las emisiones que causan el cambio climático; al mismo tiempo, la producción de energía en sí necesita adaptarse a los efectos climáticos que ya se están produciendo y acelerando. El Fondo de Adaptación financia proyectos que se basan en las prioridades de adaptación de los países en desarrollo vulnerables, y nos complace ver un número cada vez mayor de actividades impulsadas por los países en las que se abordan las necesidades específicas de adaptación del sector energético a diferentes escalas”, dice Mikko Ollikainen, Director del Fondo de Adaptación.