Nueva York.- La Fiscalía de Nueva York llevó este martes a juicio a la mayor petrolera de Estados Unidos, Exxon Mobil, acusada de "engañar" a sus inversores sobre el costo ambiental de su negocio, en un caso en que esta se considera "demonizada" y al que se ha llamado a testificar al ex secretario de Estado Rex Tillerson.
Ambas partes expusieron sus argumentos ante el juez durante la apertura de un proceso que ha tardado años en llegar a la Corte Suprema del estado: las autoridades iniciaron sus pesquisas sobre Exxon Mobile en 2015 y el año pasado interpusieron la demanda, que encabeza ahora la actual fiscal neoyorquina, Letitia James.
El fiscal general adjunto, Kevin Wallace, expuso los contenidos de esa querella: que Exxon supuestamente ejecutó una "trama fraudulenta" para "engañar" a los inversores en relación con su gestión de los riesgos que suponían para el negocio las regulaciones para mitigar la crisis climática en Estados Unidos.
"Mediante una trama fraudulenta, Exxon efectivamente erigió un 'acorazado Potemkin' para crear la ilusión de que había tenido en cuenta por completo los riesgos de regulaciones contra el cambio climático y los había incluido en sus operaciones", alega la Fiscalía en su demanda.
Wallace remitió a documentos de Exxon para sus inversores en los que la firma asegura tener en cuenta esos riesgos y muestra cálculos para estimar el costo de las emisiones de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero, que la Fiscalía alega que difieren de los que manejaba realmente a nivel interno.
En ese sentido, el fiscal adjunto sostiene que la firma utiliza dos libros contables para ocultar a los inversores el verdadero costo de las regulaciones para combatir la crisis climática.
Precisamente se refirió a un proyecto de Exxon en Alberta (Canadá), donde la petrolera supuestamente aplicó "una metodología alternativa" para evitar mostrar los "masivos costos de la emisión de gases de efecto invernadero", y acusó a Rex Tillerson, su ex consejero delegado, de estar "profundamente involucrado".
Tillerson, que abandonó el cargo en 2017 para asumir la Secretaría de Estado en el Gobierno de Donald Trump, ha sido llamado a testificar por las dos partes pero no se ha concretado en qué fecha, dijo un portavoz de la Fiscalía.
El juicio se alargará tres semanas, hasta el 12 de noviembre, según decidió el magistrado que lleva el caso, Barry R. Ostrager.
Por su parte, Exxon declaró en sus redes sociales antes de comenzar el proceso que las alegaciones son "falsas" y aseguró que "informa regularmente" a sus inversores sobre cómo contabiliza los riesgos asociados a la crisis climática, por lo que espera verse "exonerada".
El letrado de la petrolera, Theodore Wells, rebatió las "escandalosas" acusaciones de la Fiscalía y aseguró que Exxon ha puesto a su disposición "cuatro millones de páginas en documentos" y entrevistas "con quien quisieran", pero solo han requerido a Tillerson recientemente.
Wells concluyó que la Fiscalía ha impulsado la demanda por razones políticas y recordó que en 2016 una coalición de fiscales generales dio una rueda de prensa junto al exvicepresidente demócrata Al Gore para divulgar sus intenciones de investigar al sector de los combustibles fósiles.
"Esa conferencia no fue un accidente. Los activistas climáticos crearon una estrategia para que los fiscales generales equivocadamente demonizaran a Exxon Mobil", dijo el letrado, que mostró una hoja de ruta de una supuesta "campaña" con objetivos como "establecer en el público que Exxon es una institución corrupta".
Agregó que las autoridades han basado su acusación en una frase de Exxon que para la firma es "correcta": "Requerimos que todos nuestros segmentos de negocio incluyan, cuando sea apropiado, los costos de las emisiones de gases de efecto invernadero (...) cuando se busque financiación para inversiones de capital".
Wells afirmó que ese "cuando sea apropiado", al que la Fiscalía atribuye arbitrariedad, significa que la organización busca "tener conocimientos sobre las tendencias y lo que ocurre" en cuanto a demanda, y rechazó que internamente se utilizaran unos cálculos y de cara a los inversores, otros.
Asimismo, el letrado citó a Tillerson asegurando que "el riesgo del cambio climático es serio" y que se necesitaría tomar "acciones apropiadas", a lo que añadió que Exxon "no tiene ningún incentivo para engañarse a sí misma creando un sistema que no identifique los proyectos más beneficiosos".