Síguenos en @PortAmbiental
Porto Velho (Brasil).- Aunque la quema de los terrenos en la Amazonia está permitida bajo determinadas normas, y es una práctica común en la agricultura, usada hasta por los indígenas, la medida busca evitar que estas acciones provoquen nuevos focos de incendio sin control, en momentos en que las autoridades empiezan a controlar las llamas desatadas desde hace unas tres semanas.
De acuerdo con el último reporte oficial, con la llegada de refuerzos militares a las zonas más afectadas por los incendios, se ha registrado una reducción "considerable" de las llamas en la Amazonia.
Aunque no fueron presentados datos concretos sobre toda la región, los análisis realizados por el Centro Operativo y de Gestión del Sistema de Protección del Amazonas (Censipam), indicaron que los brotes de incendios más fuertes se dieron entre el 25 y 26 de agosto en los estados de Rondonia, Amapá, Pará y Maranhao.
Ya para el 26 y 27 de agosto la situación había cambiado, especialmente en el estado de Rondonia, una de las regiones más afectadas por las llamas y donde los datos preliminares señalaron que los incendios habrían bajado de 400 a 24.
Las cifras del Censipam en Rondonia coinciden con las divulgadas este jueves por el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (Inpe por sus siglas en portugués), que usa imágenes de satélite para medir los focos de incendio.
Según el Inpe el 14 de agosto había 665 focos de incendios en Rondonia, cifra que el día 23 del mismo mes bajó para 446 y que para el 28 de agosto se había reducido a 23.
Este estado en la frontera con Bolivia fue el primero al que llegaron los refuerzos de las Fuerzas Armadas anunciados por el presidente Jair Bolsonaro el pasado viernes y que vienen colaborando con bomberos y policías en el combate a los incendios.
En los alrededores de Porto Velho, la capital de Rondonia, las acciones para apaciguar las llamas continúan en tierra, aunque con dificultades de acceso en algunos tramos para las autoridades, y las operaciones se han reforzado en el aire con una mayor presencia de aviones que descargan miles de litros de agua sobre la selva en llamas.
En la región, los incendios han dejado una densa capa de humo que además de impedir la visibilidad han obligado a algunos de sus moradores a usar máscaras para poder respirar.
De acuerdo con el Inpe, en el estado de Pará las quemas pasaron de mil cuatro el 13 de agosto a 352 este miércoles, y en el de Amazonas, donde ayer fueron contabilizados 47 focos de incendio, hubo una reducción del 78 por ciento de los incendios en tan solo un día, frente a los 218 del martes.
Pará, Amazonas y Rondonia son los tres estados de la Amazonia brasileña que han registrado el mayor número de incendios, los que más recibieron refuerzos militares y en donde se han apaciguado más rápidamente las llamas.
No ha ocurrido lo mismo en Maranhao, el último estado en pedir la ayuda del Gobierno y en el que solo hasta hoy el Ejército comenzó a actuar contra el fuego. Allí los focos de fuego pasaron de 156 el pasado sábado hasta 340 ayer miércoles.
El refuerzo de más de 40 mil militares ordenado por Bolsonaro, a los que se han sumado brigadas especiales de agentes de la policía militarizada, bomberos y peritos, entre otros, ha ayudado en la disminución de los brotes de incendios en la Amazonia, según el Gobierno.
De acuerdo con estudios de la organización no gubernamental Instituto de Investigación Ambiental de la Amazonia (Ipam), de los 27 mil focos de incendio registrados en la Amazonia brasileña en lo que va de agosto, la mayoría están relacionados con la deforestación en la región, que alcanzó los 2 mil 254.8 kilómetros cuadrados en julio, un volumen un 278 por ciento superior al del mismo mes del año anterior.
Según Ane Alencar, directora de Ciencia del Ipam, el fuego no surge naturalmente en la Amazonia "lo que hay son personas que practican quemas, que pueden agravarse y convertirse en incendios en temporada de sequías".
En Porto Velho la práctica de las quemas para preparar la tierra es muy común y los agricultores la consideran esenciales para las nuevas cosechas y para el mantenimiento de los animales
"Si nosotros no sacamos todos los árboles y toda la vegetación, si no quemamos el terreno, no se produce nada. La cosecha no va adelante", afirmó la productora Shirley Machado, dueña de una hacienda situada a unos 80 kilómetros de Porto Velho.
Las acciones de fiscalización de las autoridades ambientales para controlar este tipo de quemas en la región Amazónica son persistentes y se han intensificado en los últimos días con el apoyo adicional enviado por el Gobierno.
Este jueves fueron identificados por la policía tres presuntos responsables de los incendios que provocaron la quema de 5 mil hectáreas de selva en área de la reserva ambiental Triunfo do Xingú, en Pará.
La región amazónica ha registrado más de la mitad de los 71 mil 497 incendios forestales detectados en Brasil entre enero y agosto de este año, una cifra un 83 por ciento superior al del mismo período de 2018, según el Inpe.