En un contexto global donde la movilidad urbana enfrenta desafíos sin precedentes, México se posiciona a la vanguardia con soluciones innovadoras que permiten transformar nuestras ciudades en espacios más eficientes y sostenibles. Según el Banco Mundial, se proyecta que para 2030 el tráfico de pasajeros aumente en un 50%, exacerbando la congestión y la contaminación del aire que ya afecta a millones de personas anualmente.
Por otro lado, de acuerdo con información proporcionada por el Instituto Mexicano para la Competitividad, cada persona que utiliza el transporte público pasa un promedio de 432 horas al año en el tráfico mientras viaja entre el trabajo y su casa, y los automovilistas pasan 264 horas al año en el tráfico. Esta situación suele agravarse en las zonas metropolitanas más complejas y saturadas.
En respuesta a estas crecientes demandas, los sistemas de transporte por cable emergen como una opción destacada para mejorar la movilidad en entornos urbanos densamente poblados. Históricamente asociados con áreas montañosas y regiones de difícil acceso, estos sistemas han demostrado su versatilidad y eficiencia en diversas configuraciones geográficas.
Ahora, su implementación en contextos metropolitanos ofrece soluciones innovadoras para los problemas persistentes de tráfico y contaminación. Estos sistemas no solo permiten el transporte ágil y seguro de grandes volúmenes de pasajeros, sino que también contribuyen significativamente a la reducción de la congestión del tráfico en horas pico.
Además, al utilizar energía eléctrica y operar de manera silenciosa y eficiente, los sistemas de transporte por cable reducen las emisiones de gases de efecto invernadero y disminuyen la contaminación acústica, mejorando la calidad de vida urbana.
La capacidad de estos sistemas para integrarse con otras formas de transporte público, como autobuses y metros, facilita una red de movilidad más cohesiva y sostenible, ofreciendo a los ciudadanos una alternativa viable y ecológica para sus desplazamientos diarios.
En los últimos tres años, México, específicamente en la Ciudad de México y Michoacán se han concretado sistemas relevantes: La Línea 3 del Cablebús, la tercera línea del sistema de teleféricos urbanos en la Ciudad de México. El teleférico que comunica las localidades Los Pinos/Constituyentes y Vasco de Quiroga sobre una distancia de 5,5 kilómetros cuenta con seis estaciones y está diseñado para 12 millones de pasajeros por año en su fase final.
Esto convierte al Cablebús Línea 3 en un esencial componente de la conectividad urbana, de la revalorización de los barrios, así como de la transformación del sistema de transporte público en favor de mayor sostenibilidad.
Por otro lado, el proyecto del teleférico en el estado de Michoacán ejemplifica este avance en la adopción de estos sistemas de movilidad. Con una inversión de más de MX$3 mil 200 millones, este sistema de transporte se establece como uno de los más significativos en la historia del estado. Con una longitud de 8 km y seis paradas estratégicas, el teleférico de Michoacán facilitará el desplazamiento eficiente de miles de personas diariamente, reduciendo significativamente los tiempos de viaje y mejorando la accesibilidad dentro del municipio de Uruapan.
Ampliar la cobertura de las redes de transporte público con tecnología sustentable, en las zonas capitalinas de más difícil acceso, priorizando la seguridad de los pasajeros, facilitando el traslado al trabajo, escuelas y hospitales de algunas de las zonas más alejadas de la ciudad, con la consecuente reducción de tiempos de traslado y congestionamientos viales, incrementará la calidad de vida de los habitantes de la Ciudad de México.