En el vasto y colorido mosaico de la flora mexicana, destaca una planta que ha trascendido fronteras y se ha convertido en un símbolo emblemático de la temporada navideña: la nochebuena. Su historia, rica en cultura y tradición, se remonta a épocas prehispánicas, revelando un legado que ha perdurado a lo largo de los siglos.
La nochebuena florece de manera natural en invierno, en el hemisferio norte, por lo cual se ha vuelto un símbolo de las festividades navideñas a nivel global. En México, el Día Nacional de la flor de nochebuena se celebra cada 8 de diciembre para conmemorar su origen nacional y su importancia cultural.
Seis datos relevantes sobre esta emblemática flor
- México es uno de los principales productores a nivel mundial. Los principales estados productores son: Morelos, Michoacán, Ciudad de México, Puebla, Jalisco y Oaxaca. según cifras de Sader
- Es en realidad un arbusto tropical (Euphorbia pulcherrima), florece en diciembre y tiene una alta aceptación a nivel internacional como planta navideña, a pesar de su corto tiempo de floración.
- La principal atracción de la nochebuena no son sus flores, sino sus hojas. Las flores de la planta son los brotes amarillos agrupados en el centro.
- El rojo es el color más popular, seguido por blanco y rosa. También hay variedades moteadas o marmoleadas con varios colores mezclados.
- Esta flor fue llamada "Cuetlaxóchitl" y la usaban no solo como elemento decorativo por su belleza, sino también como remedio medicinal y en la elaboración de tinte rojo.
- La nochebuena es conocida en algunos lugares como Ponsettia, en honor al Dr. Joel Roberts Poinsett, primer embajador de Estados Unidos en México, quien descubrió la planta en Taxco en 1828. Su introducción en Estados Unidos marcó el inicio de su distribución global y comercialización.
La nochebuena, con sus vibrantes colores y su historia nos conecta con nuestras raíces y nos invita a adquirirla en esta temporada. No solo embellece nuestros hogares, sino que también representa la riqueza cultural de México.
Francisco Hernández, en su obra "Historia de las Plantas de Nueva España," y el Códice Florentino, nos transportan a un tiempo donde las flores de nochebuena eran cultivadas en los exquisitos jardines botánicos precolombinos. Moctezuma, el líder azteca, recibía estas plantas como regalos de las fértiles tierras de Morelos o Guerrero, zonas bajas que contribuían a la riqueza de su jardín.
Los mexicas, según estos documentos, no solo apreciaban la nochebuena por su belleza, sino que también extraían pigmentos rojos de las brácteas para teñir textiles, y el látex de la planta se utilizaba como medicina para tratar fiebres, destacando así su versatilidad en la vida cotidiana.
Este arbusto, perteneciente a la familia Euphorbiacea, simbolizaba la pureza y la nueva vida de los guerreros aztecas, adornando altares dedicados a la madre diosa Tonantzin en celebraciones y rituales.
El arbusto que puede alcanzar hasta 10 metros de altura en su estado salvaje, presenta pequeñas flores amarillas resguardadas por espectaculares brácteas rojas, aunque también se pueden encontrar en tonos rosa, amarillo, jaspeado, marmoleado e incluso blanco.
Durante la colonización y la evangelización, las brácteas rojas ganaron preferencia entre los religiosos, quienes comenzaron a utilizarlas para decorar nacimientos, atrios e iglesias durante las festividades de diciembre. En 1678, estas plantas cruzaron el Atlántico para florecer en Europa.
Joel R. Poinsett, el primer embajador de Estados Unidos en México, contribuyó a su expansión global al exhibirlas en su país en 1825, y desde entonces, la planta fue rebautizada como "poinsettia" en su honor.
Aunque en su estado silvestre, la Euphorbia pulcherrima crece a lo largo de la costa del Pacífico, desde Sinaloa hasta Guatemala, su domesticación y cultivo se han extendido por todo México. La diversidad genética de estas poblaciones se destaca en un mapa generado por el investigador Mark Olson, del Instituto de Biología de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Hoy en día, México cultiva cerca de 100 variedades de nochebuena, con los estados de Morelos, Michoacán, Puebla, Estado de México, Jalisco, Veracruz, Querétaro, Guanajuato, Chiapas, Oaxaca, Guerrero y Baja California liderando la producción. Estas coloridas plantas no solo embellecen jardines y hogares, sino que también son un importante producto de exportación.
Con aproximadamente 500 millones de nochebuenas colocadas en todo el mundo cada año, México se posiciona como el decimocuarto exportador, enviando estas flores a Estados Unidos, Canadá, España, Japón, Holanda y otros países.
Desde los antiguos jardines hasta los campos cultivados de hoy, la nochebuena mexicana ha evolucionado, pero su esplendor y significado cultural perduran. Una joya botánica, símbolo de la diversidad y riqueza natural de México, que ha conquistado corazones en todo el mundo durante la época navideña.