Con la finalidad de concientizar sobre la necesidad de preservar la capa que nos protege de los efectos negativos de los rayos solares, en diciembre de 1994, la Asamblea General de las Naciones Unidas, proclamó el 16 de septiembre como el Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono.
La capa de ozono se encuentra a unos 15 km hasta 50 km de la superficie del planeta, en una región conocida como la estratósfera. Es una capa gaseosa que rodea la Tierra y está constituida por ozono estratosférico en forma de gas (O3). Ésta forma parte de la atmósfera, una capa que funciona como una cubierta térmica evitando que se congele y se sobrecaliente el planeta.
El origen de la capa de ozono se remonta al propio origen de la Tierra; empieza a formarse hace aproximadamente 400 millones de años y es la región del planeta encargada de proteger del 99% de la radiación ultravioleta de tipo b, que consta de longitudes de onda entre los 280 y 315 nm, que son perjudiciales para la vida en el planeta.
Mario Molina, científico mexicano, en conjunto con otros investigadores, recibió el premio Nobel de Química en 1985 por sus investigaciones sobre el adelgazamiento de la capa de ozono como consecuencia de los clorofluorocarburos (CFCs), gases emitidos y elaborados por lo humanos en las industrias y que se encuentran en aerosoles, refrigerantes, aire acondicionado y agentes espumantes en la fabricación de plásticos. Estos gases se desintegran al estar en contacto con la estratósfera, liberando átomos de cloro, los responsables de destruir al ozono.
Que el escudo natural del planeta se reduzca y deje pasar altos niveles de radiación UV podría perjudicar de manera significativa la vida en el planeta, dañando el ADN y ARN, proteínas y aumentar las posibilidades de desarrollar cáncer y cataratas. Otros efectos negativos se verán reflejados en la cantidad y calidad de las cosechas, así como en la modificación de los ecosistemas marinos, cambios en los patrones de circulación del aire, solo por mencionar algunos.
Gracias a diversos estudios sobre la capa de ozono, en la actualidad se ha prohibido el uso de CFC’s; esto ha ayudado a la recuperación del agujero que apareció en la Antártida. Sin embargo, no es un esfuerzo reciente ya que en 1987 se firmó el protocolo de Montreal, un plan de eliminación gradual de los productos químicos que destruyen la capa de ozono, 197 países han ratificado el protocolo y en 1988 nuestro país fue unos de los primeros en reafirmarlo. Gracias a los acuerdos en el protocolo, se han disminuido el 99% de las sustancias que agotan el ozono.
De acuerdo con la Procuraduria Federal de Protección al Ambiente (Profepa), en los últimos 30 años, México ha disminuido el 99% del máximo nivel de consumo de las sustancias que agotan el ozono, invirtiendo desde los 90s en proyectos para eliminar el consumo de estas sustancias, reafirmando su compromiso en materia ambiental.