Es posible construir un planeta mejor, y mejor aún es que cada persona, usted y yo, podamos contribuir al logro de ese sueño. Visualizarlo así desde el breve espacio que ocupamos en nuestro diario vivir, un mundo mejor comienza con cuidar los recursos naturales que hasta hace poco se creían infinitos, pero que cotidianamente constatamos que en realidad se agotan o se degradan.
El aire se contamina a tal punto que debemos prescindir del uso de automóviles y esperar a que concluya la contingencia ambiental para volver a circular; el agua ya no solo escasea en época de estiaje, en muchas regiones la escasez es permanente; tampoco podemos disfrutar de distintos destinos de playa porque los coliformes rebasan los límites permitidos; la arena y los acantilados están saturados de envases plásticos, pañales, popotes, y en los bosques encontramos envases de PET, bolsas de plástico y otros residuos.
Por eso, el Día Mundial del Reciclaje, proclamado por las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), nos recuerda cada 17 de mayo, desde 2005, que todos y todas podemos hacer algo que ayude a cambiar ese estado de cosas, y se nos dan pistas para resarcir el daño ocasionado a las fuentes de agua, a la biodiversidad, al aire, a los suelos.
Tomemos entonces ideas de quienes ya tienen el camino andado y decidámonos a poner en práctica acciones que ayuden a mitigar el deterioro ocasionado a la naturaleza.
Adoptemos la regla de las tres “R”: reduce, reutiliza y recicla
Primera “R” (Reduce). Se refiere a disminuir el consumo de productos y embalajes. Promueve adquirir sólo aquello que vayamos a consumir y evitar alimentos con muchos envoltorios o contenedores, así como adquirirlos a granel con el mínimo envasado posible, o ninguno. Utilicemos bolsas de tela o alguna otra fibra natural, con lo cual reduciremos el consumo y la dispersión de bolsas plásticas que tanto dañan a la fauna marina y a las aves.
Usemos menor cantidad de agua al tomar un baño, duchas más cortas y agua menos caliente redundarán en menor cantidad de electricidad o de gas quemado. Utilicemos los ciclos cortos de la lavadora y también menos detergente para minimizar los químicos que llegan al mar, a los suelos y ríos.
Segunda “R” (Reutiliza): Esta es una de las acciones menos contaminantes y estimula nuestra creatividad, nos hace empáticos con los que menos tienen y desarrolla nuestra imaginación para dar un nuevo uso a los materiales que pensemos desechar, como frascos y otros envases de vidrio, metal o plástico; tapas, ropa, accesorios, libros, juguetes, aparatos electrónicos en buen estado, cartón, lata o papel.
Pensemos en donar muchos de estos materiales para que otras personas les den un segundo uso o depositémoslos en contenedores especiales para que las y los recolectores de desechos los coloquen en el mercado y obtengan por ello un beneficio.
Con los envases de plástico o PET podemos elaborar una enorme cantidad de productos: macetas, lapiceros, dulceros, objetos de ornato. Las latas se pueden convertir en alcancías, objetos de escritorio y mucho más. Con las revistas y periódicos podemos hacer collage y convertirlas en novedosas envolturas de regalos.
Los papelillos de dulces y chocolates hasta las latas refresqueras de aluminio y sus jaladeras o anillas, también podemos convertirlas en dijes, pulseras, aretes, cinturones, collares, bolsas coloridas y otros. En internet se encuentran tutoriales.
Tercera “R” (Recicla). Nos indica que la mayoría de materiales que utilizamos pueden reciclarse. Alienta saber que el reciclaje de 1.000 kg de papel salva la vida de 17 árboles y nos motiva a separar los residuos y depositarlos correctamente para que puedan ser reaprovechados los recursos materiales que contienen.
Recordemos en qué contenedor debemos depositar los residuos:
- Azul: Papel y cartón.
- Amarillo: Envases de plástico o latas de aluminio y bolsas. Los envases deben limpiarse previamente y, si son de PET, deben aplastarse para reducir su volumen.
- Verde claro: Vidrio. Debemos limpiar antes los envases y quitar las tapas.
- Verde oscuro: Residuos orgánicos: restos de comida, hojarasca, pasto .
El reciclaje salva recursos naturales, reduce la contaminación y genera empleos. Evita o disminuye el consumo de petróleo, agua y emisiones de CO2. Es una excelente manera de revertir el cambio climático y evitar la generación de toneladas de basura.
En los tiempos que corren el volumen de residuos electrónicos se ha convertido en un problema específico, por lo que resulta necesario sumarse al reciclaje electrónico. Evitemos arrojar a la basura aparatos eléctricos y electrónicos como teléfono móvil, tableta o cualquier otro aparato.
Debemos depositarlos en los contenedores especiales que hay para ellos. Este reciclaje es de suma importancia para evitar la contaminación del medio ambiente con sustancias tóxicas y elementos no biodegradables.
El Día Mundial del Reciclaje es una excelente oportunidad para difundir información de calidad en torno al correcto reciclaje de los diferentes tipos de residuos. Actuemos con mayor responsabilidad tanto el ciudadano o ciudadana que consume, como el que extrae la materia prima de la naturaleza y el que la transforma en un bien de consumo.