Por vigésima vez se conmemora este 22 de mayo el Día Internacional de la Diversidad Biológica, proclamado por la Organización de las Naciones Unidas en el año 2000, y acudimos también al cierre de la Década de la Biodiversidad 2011-2020, inaugurada en Tokio en esta misma fecha, pero de 2011.
Aún no se cumplen las expectativas que condensan esas efemérides, no hemos aprendido varias lecciones y tampoco leído el mensaje de la naturaleza este año, cuando números rojos aparecen en las cuentas de la diversidad biológica.
La biodiversidad enfrenta peligros derivados de un crecimiento insostenible guiado por intereses particulares a corto plazo y sus consecuencias, lo que configura una situación de emergencia planetaria que conduce a la extinción masiva de especies, la sexta que, como las anteriores, representaría una auténtica catástrofe que incluso arrastraría a la especie humana, según advierte la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI) .
La apuesta por la biodiversidad no es una opción entre otras, sino la única
Mucho se ha advertido que a la pérdida de biodiversidad contribuyen diversos factores: el saqueo de especímenes de sus hábitats naturales y la introducción de otros exóticos y depredadores; la tala y los incendios forestales que reducen los hábitats de la flora y la fauna; el cambio de uso de suelo para ampliar la frontera agrícola y ganadera industrializadas, y para ensanchar la mancha urbana.
Todo aporta a una consecuencia fatídica: el cambio climático que suma contaminación, sequía, huracanes y tormentas, entre otros, a costa de los ecosistemas naturales que constituyen al planeta.
Diversos autores valoran la completa dependencia que los seres humanos tenemos de plantas, animales, hongos y microorganismos que comparten el planeta con nosotros, por lo cual la apuesta por la biodiversidad no es una opción entre otras, sino la única.
Edward Wilson, coautor de la palabra biodiversidad, citado por la OEI, apunta que sin embargo anualmente desaparecen 27 mil especies, es decir, 72 diarias y tres cada hora.
Un informe del año 2000 de la Unión Mundial para la Conservación de la Naturaleza (UICN), señala que el 12% de las plantas, el 11% de las aves y el 25% de los mamíferos se han extinguido recientemente o están en peligro, según estimaciones publicadas en la “Lista Roja de Especies Amenazadas”.
Cuando la humanidad ha tenido que confinarse para mitigar la amenaza de un virus que ronda el mundo, es pertinente revalorar la importancia de la biodiversidad, reflexionar y propiciar la resiliencia de los ecosistemas para que recobren su riqueza y complejidad con el fin de evitar perturbaciones como la que se causó al extraer y manejar inadecuadamente especies silvestres.
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