Washington.- De acuerdo con un estudio de botánicos del Trinity College de Dublín, publicado por la revista Science Advances, los árboles que desechan y renuevan su follaje al menos una vez al año, como el abedul y el roble, consumen mucha agua, a diferencia de los pinos y sus pares.
"Notablemente, hallamos que con el aumento del dióxido de carbono (CO2) los árboles perennes y los arbustos son más eficientes en el uso del agua que las plantas caducifolias en los climas más fríos, pero no hay pruebas de este patrón en las partes del mundo con climas más cálidos", señaló el autor principal del estudio Wuu Kuang Soh.
En teoría se espera que las concentraciones más altas de CO2 en la atmósfera hagan que los árboles crezcan volviéndose más eficientes en el uso del agua pero hasta ahora pocos estudios habían puesto a prueba esta noción.
Los investigadores han demostrado que el aumento del CO2 atmosférico a lo largo de los últimos 25 años ya ha tenido un impacto en el uso del agua que hacen los bosques.
El equipo, liderado también por Jennifer McElwain, emprendió un programa de investigación de cinco años para analizar muestras de hojas en museos recolectadas a fines de la década de 1980 y las comparó con otras de las mismas especies recogidas entre 25 y 30 años más tarde en las mismas ubicaciones geográficas.
Además, llevaron a cabo expediciones sobre el terreno para explorar árboles y arbustos en áreas templadas tropicales y desérticas de Fiyi, Puerto Rico y Arizona, y en otras frías, como los bosques boreales de Alaska.
La razón de las diferencias detectadas en las respuestas de las plantas perennes y las caducifolias al cambio climático yace en la textura de su follaje
De esta manera observaron las respuestas de plantas madereras al cambio climático durante 30 años y en lugares diversos.
En los períodos en los que el agua escasea, ya sea por las sequías cada vez más frecuentes y prolongadas o por el calentamiento global, la ventaja de los árboles perennes en cuanto al consumo de agua se hace aún mayor.
"La razón de las diferencias detectadas en las respuestas de las plantas perennes y las caducifolias al cambio climático yace en la textura de su follaje", explicó Soh. "Las hojas de los árboles perennes son en general más gruesas y resistentes que las de plantas caducifolias en los climas más fríos, en tanto que son mayormente similares en textura entre los dos grupos en los climas más templados".