Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. El Programa de Ordenamiento Ecológico Territorial (OET) de la Subcuenca del Río Grande y Lagunas de Montebello, quedó validado por el órgano ejecutivo durante un evento efectuado en las oficinas centrales de la Secretaría de Medio Ambiente e Historia Natural (Semahn).
El OET es un instrumento de política ambiental cuyo desarrollo inició hace 10 años y que, ahora, culminó la Semahn con el objetivo de regular e inducir el uso del suelo y las actividades productivas, para lograr la protección del entorno, la preservación y el aprovechamiento sustentable de los recursos naturales, a partir del análisis de sus potencialidades y de las tendencias de deterioro.
Durante su intervención, la titular de la Semahn, María del Rosario Bonifaz Alfonzo, expresó que actualmente se padecen los daños por implementar una agricultura comercial que utiliza de manera descontrolada todo tipo de fertilizantes con fosfatos, y busca la obtención de un lucro inmediato, sin medir los terribles efectos en el suelo y el agua.
“Tales impactos se reflejan en la pérdida de la extraordinaria coloración de distintos tonos de azul y turquesa, que ofrecía uno de los sistemas lagunares de montaña más emblemáticos de México, y que compartimos con la República de Guatemala, de ahí la importancia incluso binacional de este ordenamiento”, apuntó la funcionaria estatal.
El territorio sujeto a Ordenamiento Ecológico Territorial quedó organizado en 252 UGA´s, es decir Unidades de Gestión Ambiental, a las que se asignan determinados lineamientos y estrategias ecológicas.
Bonifaz Alfonzo señaló que la tarea no ha concluido con la expedición de este decreto, sino sigue su ejecución y seguimiento que, dijo, son las fases más importantes, donde el Ordenamiento Ecológico se convierte en un instrumento de gestión territorial y en el que se cumple su propósito, con la intervención de los tres órdenes de gobierno y la sociedad.
Las problemáticas identificadas en la zona que comprende la Subcuenca del Río Grande y Lagunas de Montebello son el cambio de coloración de las lagunas, el uso excesivo de agroquímicos sin control de la NOM, deficiencia en la producción de cultivos, deforestación en las zonas de recarga hídrica, descarga de aguas residuales al Río Grande y crecimiento desordenado de la población.
Entre los beneficios del OET están el procurar la conservación o restauración para mantener la integralidad de los paisajes y conectividad entre Áreas Naturales Protegidas, con un uso sostenible, además de la existencia de agua libre de contaminantes, por descargas urbanas y el uso indiscriminado de agroquímicos y pesticidas.
Igualmente, procura la conservación de la masa forestal y la restauración en zonas estratégicas reguladoras de clima y de recarga hídrica, orienta y sustenta las autorizaciones y la expedición de los dictámenes técnicos ambientales referentes a los usos de suelo, entre otros.