Naciones Unidas.-El líder de la ultraderecha brasileña, Jair Bolsonaro, utilizó por primera vez la tribuna de las Naciones Unidas y reiteró sus quejas por la "exageración" y la "manipulación" en torno a los recientes incendios en la Amazonia.
Sobre las llamas que consumieron parte de la cobertura vegetal de la Amazonia, que grupos ecológicos atribuyeron a una alegada falta de acción de su Gobierno, Bolsonaro insistió en que hubo una campaña de "desinformación" creada por oenegés y que llegó a animar algunos sentimientos "colonialistas" que persisten en el mundo.
Aunque no lo citó expresamente, se refirió al presidente francés, Emmanuel Macron, quien alarmado por los incendios llegó a pedir una intervención del G7 para ayudar a controlar las llamas.
Bolsonaro reiteró que "la Amazonia (brasileña) es mayor que toda Europa occidental" y que en más de un 60 por ciento está "preservada", por lo que su Gobierno "no acepta" que otro país "diga" qué se debe hacer para conservar ese bioma.
También sostuvo que es una "falacia decir que la Amazonia es un patrimonio de la humanidad o que es el pulmón del mundo" y aseguró que los únicos que tienen soberanía sobre esa región son los países amazónicos.
En línea con lo que ha defendido durante toda su vida política, reiteró que, durante su gestión de cuatro años, no serán creadas nuevas tierras indígenas, pues las que ya existen ocupan casi el 14 % del territorio nacional.
Defendió además su intención de permitir la explotación por parte de empresas privadas de ciertas riquezas minerales de la Amazonia, y pidió a las Naciones Unidas que impidan la vuelta de "prácticas colonialistas", como las que indirectamente atribuyó a Francia.
Bolsonaro también se esforzó en presentar a un "nuevo Brasil", abierto al mundo y al sector privado, en contraposición al modelo "socialista" que, en su opinión, gobernó el país en los últimos años y para el que reservó las palabras más duras de su discurso.