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Científicos registran un aumento de la sustancia química que destruye la capa de ozono

Científicos registran un aumento de la sustancia química que destruye la capa de ozono

Los crecientes niveles de HCFC-141b podrían proceder de la producción ilícita o de aparatos en descomposición.

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Nueva Zelanda
James Lee

Los niveles de la sustancia química que destruye la capa de ozono están aumentando pese a los esfuerzos internacionales por acabar con el problema, señaló un estudio publicado en la revista Science.

El aumento de los HCFC-141b en el aire continúa generándose pese a que la producción declarada se ha reducido de forma constante desde 2012. "Lo único que puedo decir es que las emisiones han aumentado", afirma Luke Western, científico atmosférico del Laboratorio de Vigilancia Global de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), que colabora en la investigación.

Uno de los productos químicos que contienen estas sustancias son usado principalmente para fabricar espuma aislante para electrodomésticos como los refrigeradores, estos forman parte de una familia de moléculas de fluorocarbono a las que se atribuye el deterioro de la capa de ozono estratosférico.

A raíz de la promulgación del Protocolo de Montreal de 1987, considerado el tratado medioambiental internacional más exitoso, estas sustancias químicas comenzaron a evitarse y a prohibirse.

El estudio apunta que las sustancias químicas que dañan el ozono han disminuido constantemente desde principios de la década de 2000, y los "agujeros" de ozono sobre los polos han comenzado a restablecerse.

Este descubrimiento enfatiza que el reto consiste en deshacerse completamente de estas sustancias químicas que pueden permanecer en los aparatos durante décadas

La producción de HCFC-141b debería estar disminuyendo ya que su eliminación comenzó en 2013, con una prohibición completa prevista para 2030. El estudio revela que dicha sustancia ya se está sustituyendo por un grupo de productos químicos que no dañan la capa de ozono.

Sin embargo, en 2018, “los investigadores informaron que los niveles de la sustancia química prohibida CFC-11 habían aumentado desde 2012. Un panel internacional concluyó que el aumento se debía probablemente a la producción ilícita, en gran parte en el este de China, tal vez porque el HCFC-141b, utilizado entonces como sustituto del CFC-11 porque es menos destructivo para el ozono, era escaso. Las emisiones de CFC-11 comenzaron a disminuir de nuevo en 2019”.

Los científicos afirman que los niveles atmosféricos de HCFC-141b están aumentando, consideran que las emisiones han aumentado cada año entre 2017 y 2021, con un incremento total de 3 mil toneladas entre 2017 y 2020.

Una posibilidad es que se estén fabricando HCFC-141b no declarados en algún lugar del mundo, apunta el estudio, o también podría ser un fenómeno temporal, causado por los aparatos viejos desechados en los que la espuma haya roto y liberando el gas.

Los científicos apuntan que el panorama podría mejorar en los próximos años, indican que se trata de una "pequeña perturbación" en la capa de ozono.

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