México.- Con el objetivo de prevenirdaós a las salud, preparan una app para la Ciudad de México que mostraría el Índice de Riesgo para Personas Susceptibles a la contaminación ambiental, en especial al ozono, al dióxido de nitrógeno y a las partículas menores a 2.5 micras, auspiciada por las secretarías de Medio Ambiente y la de Ciencia y Tecnología de la Ciudad de México, dio a conocer la doctora Patricia Segura Medina, investigadora del Tecnológico de Monterrey y del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias.
El origen de esta aplicación, que en principio se identificaría con las iniciales IRPS, surge porque la contaminación ambiental se ha convertido en el mayor riesgo para la salud, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Entre otros efectos, la organización refiere que la polución puede ocasionar bajo peso al nacer, retraso del desarrollo neuronal, afectación de la capacidad pulmonar, agravar las condiciones de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), enfermedades respiratorias agudas, nacimientos prematuros, asma, cáncer, fibrosis, enfermedades pulmonares y, en sí, aumentar la mortalidad.
Segura Medina explica que el cambio climático favorece la presencia de pandemias por zoonosis y, al combinarse con ambientes contaminados, potencia las consecuencias de las enfermedades.
Mencionó que, en el caso de la Ciudad de México, pueden encontrarse en el aire mayormente ozono, micropartículas menores a 10, 2.5 y hasta una micra; dióxido de azufre y dióxido de carbono, además de metales, gases, líquidos y sólidos, por lo que la atmósfera es, prácticamente, una olla de vapor que condensa todo.
Ejemplificó que, en el caso de las partículas menores a 10 micras (pm10), pueden pasar por la nariz hasta los bronquios, pero las pm2.5 son capaces de llegar hasta el espacio alveolar… “Y ni hablar de las pm1, que pueden llegar al torrente sanguíneo y de ahí a todo el cuerpo”.
Por eso, consideró necesario informar a la población de la calidad del aire, para lo cual ya existen varias aplicaciones (app) que son muy eficientes, y la población debería consultarlas para conocer la calidad del aire y organizar con base en las mediciones sus labores.
Refirió que la contaminación del aire en la Ciudad de México funciona como coadyuvante de alergias, porque las pm10 potencian la respuesta de los alérgenos, al tener todos los metales y 16 hidrocarburos aromáticos policíclicos, altamente cancerígenos.
De ahí surgió la inquietud de desarrollar la aplicación que permita conocer el Índice de Riesgo para Personas Susceptibles (IRPS), que informaría sobre los niveles de ozono, dióxido de nitrógeno y pm2.5.
Comentó que a pesar de que la Ciudad de México ha mejorado considerablemente su calidad del aire y no es la más contaminada del país, sino la octava, precedida por Monterrey, Guadalajara, Tijuana, Salamanca, Metepec y Puebla, entre otras, “nos ha faltado escuchar a los expertos”.
Recordó que desde hace 40 años los científicos han tratado de llamar la atención sobre las actividades humanas que producen gases de efecto invernadero, los cuales afectan la temperatura y aumentan los niveles de contaminación.
Y hay que tener en cuenta la interacción de estas actividades antropogénicas con la contaminación ambiental, al depositar en la atmósfera contaminantes de vida media, de vida corta, ozono, metano y muchos otros gases de efecto invernadero, por lo que a mayores niveles de polución, mayor cantidad de enfermedades emergentes, que afectan a todo el planeta y no sólo a los humanos, ya que tienen efecto en plantas y animales.
Los cambios que se producen inciden en la salud de las plantas, que producen menos nutrientes para la alimentación de los animales y los humanos, además de que pueden provocar zoonosis y antropozoonosis (transmisión de enfermedades de animales a humanos y viceversa, respectivamente).
En el caso del coronavirus, explicó, es un virus que se ha adaptado al ser humano y lo convirtió en su mejor huésped, y que se esparció a nivel internacional debido a la gran movilidad que tenemos ahora los humanos, pero es necesario entender que los animales no son los enemigos, concluyó Segura Miranda.
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