Kingston, Jamaica.- Las conversaciones sobre la minería en aguas profundas y los impactos que esta industria destructiva tendría en el océano se reanudaron en la Asamblea de la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA). Los gobiernos negociaron durante la mayor parte del viernes a puerta cerrada.
A pesar de los crecientes llamados a una moratoria basados en la abrumadora evidencia científica, Noruega, México y otras delegaciones cercanas a la industria presionaron por negociar una hoja de ruta para acelerar el inicio de esta actividad destructiva.
El Consejo de la ISA, compuesto por 36 miembros, hizo horas extra para llegar a una decisión, lo que no concedió al cronograma del líder de la industria obtener luz verde para la minería en aguas profundas en 2023.
Como respuesta a esto, Louisa Casson, la líder de la campaña en contra de la minería submarina de Greenpeace internacional declaró:
“La semana pasada, la ISA estuvo dominada por discusiones sobre cómo iniciar la minería en aguas profundas gracias a un puñado de delegaciones, a saber, Noruega, México, el Reino Unido, además de que fuimos vestidos de los esfuerzos desesperados de The Metals Company de empujar su agenda. Este es un enfoque totalmente equivocado con el que afrontar la emergencia climática que vivimos”.
“A pesar de los esfuerzos de Brasil, Costa Rica, Francia, Vanuatu, y otras delegaciones, la posibilidad de que exista una laguna legal que permitiría el inicio de la minería submarina persiste. La industria esperaba que este mes de julio marcara el inicio de la minería en aguas profundas, y no han podido forzarlo. Las voces en contra de la minería submarina han estado ampliamente difundidas en la voz de comunidades indígenas, comunidades pesqueras y hasta el sector que financia. Por ello, es hora de que los gobiernos aprovechen este impulso y lo traduzcan en una moratoria”, agregó.
En las últimas dos semanas, el Comisionado de Derechos Humanos de la ONU, los principales actores de la industria pesquera y 37 instituciones financieras mundiales se han unido a los llamados de activistas y científicos indígenas para detener la minería en aguas profundas. Esto se está traduciendo en un impulso político: 21 gobiernos ahora piden una pausa precautoria , una moratoria o una prohibición en aguas internacionales. Esta semana en la Asamblea de la ISA, Chile, Costa Rica, Francia, Palau y Vanuatu propusieron el tema en la agenda para discutir formalmente la detención de la minería en aguas profundas por primera vez dentro de la reunión.
“El viernes pasado se negoció a puerta cerrada. De esta forma no se vio reflejado allí la creciente preocupación y oposición a la minería en aguas profundas en todo el mundo. Los gobiernos que se unen a la discusión esta semana tienen una oportunidad histórica para debatir una moratoria a la minería en aguas profundas en los pasillos de la ISA y responder a la ola de preocupación que recorre el mundo. No nos podemos permitir poner en riesgo –aún más– nuestros océanos. Hay que recordar que The Metals Company es actualmente la compañía más importante con intereses en iniciar esta industria. De igual forma, su barco Hidden Gem lleva meses atracado en costas de Manzanillo, esperando sólo la luz verde para salir rumbo a las profundidades del Océano Pacífico para iniciar extracciones que sabemos que causarían daño irreversible no sólo en los océanos del mundo, sino en las costas mexicanas del Pacífico. Este tema debe importar profundamente a la delegación mexicana”, declaró Ruth Ramos, campañista de alto a la minería submarina de Greenpeace México y quien estuvo presente en las negociaciones la semana pasada.
Greenpeace México ha llamado a que la delegación mexicana ante la ISA, representada por el Embajador Juan José González Mijares y el Delegado Marcelino Miranda, se ponga del lado de la moratoria o pausa precautoria y no del lado de la industria y sus intereses. Es urgente detener la minería submarina antes de que comience, de forma tal que se proteja a los océanos del mundo y a las costas mexicanas y la vida que depende de ellas.