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Mil millones de hectáreas de presuntas tierras secas están en peligro: FAO

Mil millones de hectáreas de presuntas tierras secas están en peligro: FAO

Un nuevo informe se presentó en un acto paralelo de la 15.ª sesión de la Conferencia de las Partes en la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación, que se celebró en Abiyán.

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Tierra seca
Unsplash

Abiyán/Roma.- Según un nuevo informe presentado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), mil millones de hectáreas de “presuntas tierras secas” se enfrentan a problemas similares a los que afectan a las tierras secas del planeta.

El estudio confirma que, además de los 6 mil 100 millones de hectáreas de tierras oficialmente clasificadas como secas que cubren actualmente el 41% de la superficie terrestre y en las cuales viven 2 mil millones de personas, existen mil 075 millones de hectáreas de presuntas tierras secas.

El estudio también señala que las tierras secas abarcan 322 millones de hectáreas de bosque y que, en la mitad de la superficie que ocupan, hay bosques u otros tipos de terrenos boscosos, y árboles.

En todos los continentes se encuentran presuntas tierras secas, pero, según el estudio, la mayoría están en África, América del Sur y Asia.

Las presuntas tierras secas son importantes porque en muchas de ellas vive un gran número de personas que dependen de la tierra para sus medios de vida, y porque contienen una biodiversidad considerable y ayudan en la adaptación al cambio climático y en la mitigación de sus efectos mediante la cubierta forestal”, dijo Fidaa F. Haddad, Oficial forestal de la FAO.

Sin embargo, las presuntas tierras secas están infravaloradas y poco investigadas, y corren el riesgo de convertirse en verdaderas tierras secas en un futuro próximo a menos que reciban más atención e inversión”, añadió.

El informe señala que las presuntas tierras secas se ven amenazadas por prácticas de utilización insostenible, como el sobrepastoreo o la deforestación destinada a crear terrenos agrícolas, lo cual, exacerbado por el cambio climático, provoca la degradación y desertificación de la tierra, reduce la productividad, y amenaza la seguridad alimentaria, los medios de vida y el bienestar de quienes viven en las presuntas tierras secas.

En el estudio se examinan las características y los problemas de las tres mayores zonas de presuntas tierras secas —la ecorregión brasileña del Cerrado, la meseta china de Qinghai Tíbet y los bosques transfronterizos de Miombo-Mopane en África austral— y se ofrecen posibles soluciones para detener e invertir la degradación.

Entre las recomendaciones figuran la adopción de enfoques de agroforestería, como sistemas agrosilvopastoriles que combinen la cría de ganado con la producción de frutas y madera y la absorción de carbono, y enfoques más sostenibles de ordenación de pastos, como los planes de rotación del pastoreo.

En el informe se presentan distintas situaciones hipotéticas de inversión y se comparan las que adoptan el enfoque habitual con las que apoyan la neutralidad de la degradación de las tierras, asimismo se resaltan las oportunidades que ofrecen iniciativas importantes como el Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas, codirigido por la FAO y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) con el fin de intensificar y acelerar los esfuerzos de restauración de los ecosistemas, o la Declaración de Seúl sobre los Bosques en el reciente XV Congreso Forestal Mundial.

En el informe, además, se hace una evaluación económica en la que se subraya la necesidad de crear un entorno favorable a la inversión en actividades sostenibles en las presuntas tierras secas. En el informe se destaca que el éxito de toda iniciativa encaminada a la gestión sostenible, la protección y la restauración de los recursos de las presuntas tierras secas dependerá fundamentalmente de las políticas locales y nacionales.

Tenemos que invertir en más enfoques de gestión sostenible de la tierra y los recursos forestales lo antes posible, antes de que se haya degradado una mayor proporción de tierra”, dijo Haddad.

El nuevo informe fue presentado en un acto paralelo de la 15.ª sesión de la Conferencia de las Partes en la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CLD), que se está celebrando actualmente en Abiyán (Côte d’Ivoire) y en la que la FAO está dirigiendo los debates sobre promoción de la gestión sostenible de las tierras y la restauración de las tierras degradadas y los suelos empobrecidos.

“Debemos actuar de forma urgente y decidida para satisfacer la creciente demanda de alimentos, piensos, biocombustible y fibra a la vez que se conserva la biodiversidad y se reduce la carga sobre los recursos naturales y los ecosistemas", dijo Maria Helena Semedo, Directora General Adjunta y jefa de la delegación de la FAO. “Abordar la degradación de la tierra mediante la restauración de los ecosistemas y un enfoque integral que abarque diversos territorios y ámbitos es crucial para conseguir la seguridad alimentaria y unos medios de vida resilientes, y constituye el eje de la transformación de los sistemas agroalimentarios", añadió.

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