Las economías del G7 están bien situadas para ser las primeras en reducir las emisiones de dióxido de carbono de la industria pesada, marcando un camino para el resto del mundo en esta parte esencial de la transición hacia sistemas energéticos limpios, según un nuevo informe de la Agencia Internacional de la Energía (AIE).
El informe, titulado Achieving Net Zero Heavy Industry Sectors in G7 Members, fue solicitado por Alemania en el marco de su presidencia del G7 en 2022 para informar a los responsables políticos, a los líderes industriales y a otros responsables de la toma de decisiones antes de la reunión de los ministros de Clima, Energía y Medio Ambiente del G7 que se celebrará este mes en Berlín y más adelante.
El informe presenta una serie de recomendaciones para que las economías del G7 avancen en la transición hacia la producción de acero y cemento con emisiones casi nulas, basándose en el informe histórico de la AIE del año pasado, Net Zero by 2050: Una hoja de ruta para el sector energético mundial.
Los miembros del G7 -Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, el Reino Unido y Estados Unidos- representan alrededor del 40% de la economía mundial, el 30% de la demanda de energía y el 25% de las emisiones de CO2 del sistema energético.
Mientras tanto, las emisiones directas de CO2 de la industria pesada ascienden a unos 6 mil millones de toneladas al año, más de una sexta parte de las emisiones totales de CO2 del sistema energético mundial.
Los productores de acero y cemento, en particular, se enfrentan a retos únicos para reducir drásticamente su huella de emisiones. Según el nuevo informe, el peso económico del G7, su liderazgo tecnológico y sus alianzas internacionales le confieren un papel especial a la hora de liderar e inspirar transiciones energéticas exitosas en estos sectores cruciales.
"No hay forma de llegar a un nivel cero sin reducir drásticamente las emisiones de la industria pesada, y las economías del G7 tienen tanto la responsabilidad como la oportunidad de asumir un papel de liderazgo en el impulso de este proceso", afirmó el Director Ejecutivo de la AIE, Fatih Birol.
"Las emisiones de la industria pesada se encuentran entre las más persistentes, por lo que es esencial que los países con importantes recursos financieros y tecnológicos los utilicen para ampliar las soluciones prácticas de forma coordinada. Este nuevo informe establece medidas realistas y aplicables para los miembros del G7 que pueden servir de catalizador para el progreso mundial que se necesita urgentemente."
"Para lograr nuestro objetivo de limitar el aumento de la temperatura global a 1.5 grados, tenemos que descarbonizar nuestras industrias. Esta década es clave para encaminarnos hacia la neutralidad climática. Especialmente en los sectores en los que las emisiones son elevadas pero difíciles de reducir, como el acero y el cemento, tenemos que cambiar radicalmente los métodos de producción", dijo Robert Habeck, Ministro Federal de Economía y Acción Climática de Alemania.
El informe de la AIE "Achieving Net Zero Heavy Industry Sectors in G7 Members" (Lograr que los sectores de la industria pesada tengan emisiones netas cero ) nos muestra caminos y avanza en nuestra comprensión de las herramientas y definiciones que necesitamos. Nos lleva a dar un gran paso adelante para crear conjuntamente un entorno económico y político internacional que incentive las inversiones en instalaciones de producción ecológicas y bajas en carbono. Queremos que el G7 sea pionero en este proceso".
La industria pesada es responsable de más del 15% del uso del carbón y de cerca del 10% del uso del petróleo y el gas en los miembros del G7. Esto hace que la transición neta cero en la industria pesada sea un pilar importante para reducir la dependencia de los combustibles fósiles en el G7.
Sin embargo, muchas de las tecnologías para reducir significativamente las emisiones de la industria pesada se encuentran todavía en una gran fase de prototipo o de demostración, y los competitivos mercados internacionales de productos de la industria pesada suelen dar lugar a márgenes de beneficio demasiado estrechos para cubrir los mayores costes iniciales de la integración de procesos de bajas emisiones.