México. La Comisión de Zonas Metropolitanas, que preside la diputada María Elena Limón García, se reunió con el investigador Yosu Mary Rodríguez Aldabe Zebaraín, del Centro de Investigación en Ciencias de Información Geoespacial (Centrogeo), quien presentó el tema “Potenciar la resiliencia de las ciudades y sus territorios de pertenencia en el marco de los acuerdos sobre el cambio climático y de la Nueva Agenda Urbana”.
Limón García afirmó que las metrópolis enfrentan una dinámica de crecimiento poblacional que va más rápido de los planes de urbanización por la demanda de vivienda y, por otra parte, son las principales emisoras de gases contaminantes que provocan el efecto invernadero, con lo que contribuyen directamente con el cambio climático.
De tal forma, agregó, al ser zonas densamente pobladas requieren de un uso más eficiente de agua, áreas verdes, sostenibilidad alimentaria, movilidad urbana y de todos los servicios públicos; de ahí la importancia de hablar de resiliencia en las ciudades y zonas metropolitanas para posibles soluciones.
La diputada María Guadalupe Román Ávila consideró necesario establecer políticas urbanas que reduzcan la emisión de gases contaminantes, mejoren la eficiencia energética, promuevan energías renovables y la movilidad sostenible, ya que los efectos del cambio climático se han convertido en una “bomba de tiempo”.
Hizo un llamado a los habitantes a concientizarse sobre los problemas que se vienen observando con el cambio de clima, pues ahora se registran lluvias atípicas, escasez de agua debido a que la presa Cutzamala se encuentra al 50 por ciento de su capacidad, el hundimiento de la tierra en varias zonas del país y la sobreexplotación del suelo.
Por su parte, Aldabe Zebaraín afirmó que la nueva gente urbana demanda que se garanticen sus derechos humanos, como erradicar la pobreza, para enfrentar los efectos del cambio climático que se presenta de dos formas de desastre:
De evolución lenta, como las sequías por el propio cambio climático, y los desastres naturales rápidos como el que ocasionó el huracán Otis. A cómo enfrentar esta situación, es a lo que se le llama resiliencia, de ahí que la nueva población urbana exige que se les construyan ciudades resilientes, respetando sus derechos.
Aclaró que hay dos aspectos para mejorar la resiliencia: primero, que la gente tenga mejores condiciones de vida para que cuando llegue un desastre natural no queden desprotegidos y, segundo, construir ciudades con todos los servicios públicos que se requieren y habitaciones seguras.