Ginebra.- La Organización Meteorológica Mundial (OMM) tiene como prioridad que todos los habitantes de la Tierra estén protegidos por sistemas de alerta temprana en los próximos cinco años.
El Consejo Ejecutivo de la OMM acordó una serie de propuestas para armonizar las actividades de la Organización con la iniciativa Alertas Tempranas para Todos. Las resoluciones aprobadas en esa reunión se remitirán al Congreso Meteorológico Mundial, el órgano decisorio de la OMM, que tendrá lugar en mayo.
“La iniciativa Alertas Tempranas para Todos ha cosechado un apoyo muy firme, tanto de los países desarrollados como de los países en desarrollo. Se trata de una gran oportunidad y un gran reto para nuestra comunidad”, declaró el Secretario General de la OMM, profesor Petteri Taalas.
El Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, presentó el plan de acción de la iniciativa de las Naciones Unidas Alertas Tempranas para Todos durante la Cumbre de Dirigentes Mundiales que tuvo lugar en el marco del 27º período de sesiones de la Conferencia de las Partes (COP27) en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) celebrado en 2002, esto es, la conferencia de las Naciones Unidas organizada para abordar el cambio climático. En él se prevén nuevas inversiones iniciales específicas por valor de 3 100 millones de dólares de los Estados Unidos.
Los Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales (SMHN) son fundamentales para su aplicación técnica, ya que son los proveedores oficiales y autorizados de alertas tempranas de peligros hidrometeorológicos. Por su parte, las comisiones técnicas de la OMM asumirán la labor normativa de apoyo.
La OMM es una de las organizaciones que liderará la iniciativa. Esta nutrirá su visión para 2030, así como también sus Planes Estratégico y de Funcionamiento, que prevén un mundo donde todas las naciones, y en especial las más vulnerables, serán más resilientes a las consecuencias socioeconómicas de los fenómenos extremos relacionados con el tiempo, el clima y el agua o con otros fenómenos medioambientales. Para propiciar avances en los distintos pilares de la iniciativa, la Organización ha entablado alianzas con la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNDRR), la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) y la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja.
El número de desastres de índole meteorológica relacionados con el calor extremo y las precipitaciones no deja de crecer, y ese aumento se ve exacerbado por el cambio climático debido a la actividad humana. Las zonas urbanas de baja altitud y densamente pobladas son especialmente vulnerables, sobre todo porque muchos peligros entrañan efectos combinados y en cascada.
Gracias a los avances logrados en la elaboración de pronósticos y en la coordinación de las alertas tempranas y las acciones tempranas, en los últimos 50 años se ha podido reducir drásticamente el número de víctimas mortales.
Asimismo, el Consejo Ejecutivo constató la necesidad de subsanar las carencias en el sistema mundial de observación del clima, en particular en los países en desarrollo, habida cuenta de que un tercio del mundo, y en especial el 60 % de África, carece de acceso a servicios de alerta temprana y de información climática.
“El funcionamiento eficaz del sistema de alerta temprana de peligros múltiples requiere un planteamiento integrado y coordinado, que se base en la investigación, para hacer frente a diversos tipos de peligros, incluidos los geofísicos, como volcanes, terremotos, tsunamis y deslizamientos de tierras, en especial en países en los que esos peligros son frecuentes y, a veces, se producen simultáneamente”, afirmó.
Sistema Mundial de Alerta de Peligros Múltiples
El Consejo Ejecutivo aprobó el despliegue del Sistema Mundial de Alerta de Peligros Múltiples (GMAS) y, a ese respecto, afirmó que “de aquí a 2025, el marco del GMAS deberá ser reconocido mundialmente por las instancias decisorias como un recurso para la generación de alertas e información autorizadas relacionadas con fenómenos meteorológicos, hidrológicos, marítimos y climáticos de gran impacto”.
El plan de aplicación del GMAS promoverá iniciativas que permitirán reforzar la capacidad de los Miembros para emitir alertas y avisos mediante el fortalecimiento de la capacidad a nivel nacional, regional y mundial y el aprovechamiento de los mecanismos y la infraestructura de la OMM.
El marco del GMAS se centra específicamente en las funciones de alerta y aviso de la OMM. Este enfoque adoptado por la Organización se ha visto impulsado por la rápida evolución experimentada en este ámbito en los últimos decenios, a la que han contribuido los increíbles avances logrados en tecnologías de la información y la comunicación (TIC) asequibles y la transición generalizada hacia un planteamiento que aboga por la difusión de alertas y avisos de todo tipo de peligros a través de todos los medios de comunicación, el denominado Protocolo de Alerta Común (CAP).
Apoyo al sector humanitario
Existe una gran demanda de asesoramiento en materia de alertas tempranas por parte de los organismos humanitarios.
El Consejo Ejecutivo acordó seguir mejorando el apoyo que la Organización presta a los organismos humanitarios de las Naciones Unidas mediante la instauración del Mecanismo de Coordinación de la OMM. Gracias a la puesta en común de la información de los SMHN, los asociados de las Naciones Unidas dispondrán de datos, información y asesoramiento especializado procedentes de fuentes autorizadas, por ejemplo, sobre pronósticos estacionales o fenómenos meteorológicos de gran impacto. Se trata de un valioso recurso para fundamentar las medidas anticipatorias, la evaluación de riesgos y las actividades de respuesta.
Medidas en la esfera del clima y la salud
En el marco de la campaña para mejorar las alertas tempranas y las acciones tempranas, el Consejo Ejecutivo también acordó intensificar sus actividades destinadas a la protección de las personas frente a los peligros climáticos vinculados a la salud, incluidos el calor extremo y la contaminación atmosférica.
Hizo suyo un nuevo plan de ejecución para contribuir al progreso de la ciencia y los servicios integrados en el ámbito del clima y la salud en los próximos diez años, que promueve un enfoque coordinado para gestionar los efectos del clima, el tiempo, la contaminación atmosférica, la radiación ultravioleta (UV), los fenómenos extremos y otros factores medioambientales en la salud.
El Consejo Ejecutivo también abordó el fortalecimiento de las actividades hidrológicas de la Organización, en particular en vista de la próxima Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Agua, en la que la OMM desempeñará un papel esencial.
Por otro lado, hizo suyo un proyecto para instaurar una nueva infraestructura mundial de monitoreo de los gases de efecto invernadero que permitirá subsanar deficiencias fundamentales en materia de datos y contribuirá a las medidas encaminadas a reducir los gases que retienen el calor en la atmósfera y propician el aumento de las temperaturas.
También estudió una serie de propuestas para reforzar la prestación y el uso de servicios, especialmente a nivel regional, y para consolidar la investigación.