Naciones Unidas.- En un discurso pronunciado hoy en una conferencia internacional organizada por el Ministerio de Medio Ambiente de Japón, la Secretaria Ejecutiva de ONU Cambio Climático, Patricia Espinosa, destacó los beneficios de una pieza muy compleja, pero de importancia crítica del rompecabezas de la acción climática: el artículo 6 del Acuerdo de París.
El artículo 6 aclara cómo deben funcionar los mercados internacionales de carbono en los que participan los gobiernos, apoyando esencialmente la transferencia de las reducciones de emisiones entre los países, al tiempo que incentiva al sector privado a invertir en soluciones respetuosas con el clima.
En la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático celebrada en Glasgow el pasado mes de noviembre, se adoptaron las normas relacionadas con el artículo 6. Su adopción garantiza que el Acuerdo de París sea plenamente operativo, y su combinación única de enfoques de mercado y no de mercado apoyará tanto los esfuerzos para frenar las emisiones de gases de efecto invernadero como para aumentar la resiliencia.
"Las normas son muy técnicas", dijo Espinosa. "Sin embargo, los beneficios son claros. Por ejemplo, las normas sientan las bases para ayudar a desbloquear los recursos de apoyo a los países en desarrollo. Esto es importante para los países en desarrollo, especialmente los menos desarrollados y los pequeños Estados insulares. Al fin y al cabo, muchos de ellos no disponen actualmente de los medios o recursos necesarios para impulsar una transición de toda la economía hacia un futuro de bajas emisiones".
Con el artículo 6, los países pueden aumentar su ambición en la lucha contra el cambio climático, lo cual es crucial para alcanzar el objetivo central del Acuerdo de París de mantener el aumento medio mundial lo más cerca posible de 1.5 grados C, y aplicar sus planes nacionales de acción climática de forma mucho más barata.
Según la Asociación Internacional de Comercio de Emisiones, el artículo 6 tiene el potencial de reducir a la mitad el coste de la aplicación de los planes nacionales de acción climática (las contribuciones determinadas a nivel nacional, o NDC por sus siglas en inglés). Esto podría ahorrar unos 250 mil millones de dólares anuales sólo para 2030.
De manera muy significativa, el artículo 6 puede ser una fuente de financiación climática para los países en desarrollo, ya que una parte de los ingresos se destina a los esfuerzos por pasar al verde las economías de rápido crecimiento, y a aumentar así la resiliencia ante los impactos inevitables del cambio climático.
Los gobiernos han encargado a ONU Cambio Climático, a través de los centros regionales de colaboración (RCC), que trabajen con las Partes y los organismos de supervisión para desplegar el apoyo a la creación de capacidades necesario para esta labor.
Ya hay mucho por hacer. "Los centros regionales de colaboración ya están ayudando a los países sobre el terreno en lo que respecta a una amplia acción climática, incluida la aplicación del Mecanismo de Desarrollo Limpio, el predecesor del artículo 6, que constituyó la columna vertebral del Protocolo de Kioto", dijo Patricia Espinosa.