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COP26: El Pacto de Glasgow y las oportunidades climáticas de México

COP26: El Pacto de Glasgow y las oportunidades climáticas de México

A pesar de que las metas a 2030 resultan insuficientes, el consenso alcanzado por los países a través del Pacto de Glasgow todavía no descarta por completo la meta de los 1.5°C y sienta las bases para incrementar el monto de financiamiento a los países en desarrollo en esta década.

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El Globo de la COP26
El Globo de la COP26. Karwai Tang/ Gobierno del Reino Unido

Los 151 nuevos compromisos climáticos nacionales presentados antes y durante la COP26 no lograron poner al mundo en camino para limitar el calentamiento a 1.5°C; 91 de estos compromisos, sobre reducción -y que suman el 64% de las emisiones globales-, son más ambiciosos que los entregados en las Contribuciones Nacionalmente Determinadas previas (NDC, por sus siglas en inglés).

México no fue parte de ese grupo: su NDC actualizada en 2020 establece el mismo porcentaje de reducciones que en 2015, y ajusta ligeramente al alza la línea base de emisiones, lo que reduce en 14 millones de toneladas de CO2e el volumen de emisiones comprometidas.

Para mantener el objetivo de limitar el aumento de temperatura a 1.5°C, deberíamos reducir las emisiones a la mitad para fines de esta década. Estudios difundidos durante la Conferencia muestran que, con las metas a 2030 tal como están, en pocos años rebasaríamos los 1.5°C de temperatura media global y, a 2100, nos colocaríamos muy por encima de los 2°C. Eso es mejor que la trayectoria de 4°C en la que se encontraba el mundo antes de que se alcanzara el Acuerdo de París, pero sigue siendo extremadamente peligroso.

A pesar de que las metas a 2030 resultan insuficientes, el consenso alcanzado por los países a través del Pacto de Glasgow todavía no descarta por completo la meta de los 1.5°C y sienta las bases para incrementar el monto de financiamiento a los países en desarrollo en esta década.

Aquí los principales resultados del Pacto aprobado el 13 de noviembre y lo que significan para México:

  • Refirma el objetivo del Acuerdo de Paris de limitar el incremento de temperatura por debajo de los 2°C con esfuerzos para limitarlos a 1.5°C. Revalida la necesidad de reducir en 45% las emisiones al 2030 y alcanzar las emisiones netas cero a mediados de siglo, y llama a las partes a revisar en 2022 las Contribuciones Nacionalmente Determinadas para orientarlas hacia esta trayectoria. Con ello, se abre la oportunidad para que México revise sus compromisos y los alinee con una estrategia de largo plazo ambiciosa.
  • Por primera vez se menciona la necesidad de reducir la producción del carbón como medida imprescindible para alcanzar la meta de temperatura, aunque por presión de Estados Unidos e India no fue posible que el Pacto mencionara la necesidad de terminar con la producción de este combustible. También se hace un llamado a reducir los subsidios “ineficientes” en combustibles fósiles. En el caso de México, 4% de la energía eléctrica proviene de este combustible y es responsable del 10% de los Gases de Efecto Invernadero (GEI) en este sector.
  • Reconoce el fracaso de los países en alcanzar la meta de 100 mil millones de dólares anuales a 2020, llama a los países desarrollados a que cumplan plenamente con la meta hasta 2025 y enfatiza la importancia de la transparencia en la implementación de sus promesas. Se abre la puerta a una nueva meta de financiamiento que se establezca a través de mecanismos participativos. México hizo un llamado a los países desarrollados a cumplir con los compromisos de movilización de recursos a incrementar significativamente esa suma. Sin embargo, el año pasado desapareció el Fondo de Cambio Climático, y en el presupuesto federal dedica menos del 0.6% al sector ambiental y menos del 0.9% al Anexo Transversal de cambio climático, el cual dirige más del 70% de los recursos a infraestructura para el transporte y almacenamiento de gas natural. cuyos principales recursos se dirigen a infraestructura de gas natural.

México se unió a la Declaración de bosques y uso de la tierra firmada por 137 países, cuyo fin es trabajar de manera colectiva para detener y revertir la pérdida de los bosques y la degradación de la tierra para el año 2030. Países, empresas e inversionistas se comprometieron a reducir la pérdida de bosques y apoyar una transición hacia un uso de la tierra más sostenible dentro de sus cadenas de suministro y carteras financieras.

México ocupa uno de los 10 primeros lugares en pérdida forestal, con una pérdida de casi 300 mil hectáreas de bosque primario en 2020. El Programa Especial de Cambio Climático recién publicado calcula una pérdida de 1.3 millones de hectáreas de bosques, selvas y manglares de 2018 a 2024, lo cual pone en duda su capacidad de cumplir con la Declaración Firmada y con la meta establecida en la Ley General de Cambio Climático.

También pone en duda la capacidad del País para cumplir con la Declaración para la disminución de metano, que busca reducir las emisiones contaminantes de ese gas hasta en 30% para 2030 con respecto a las emisiones de 2020.

El metano representa alrededor del 20% del total de GEI en México, aunque hay preocupación de que las emisiones de metano de México no se miden o reportan correctamente. Con base en observaciones satelitales, se estima que existen 10 veces más emisiones que las reportadas oficialmente debido a la quema y venteo de gas natural.

Sin embargo, sigue postergándose la aplicación de los lineamientos para la prevención y el control integral de las emisiones de metano del sector hidrocarburos.

Durante la COP, 10 naciones y gobiernos subnacionales se unieron a la Alianza “Beyond Oil and Gas”, que pretende eliminar progresivamente la producción de petróleo y gas. Los miembros se comprometieron a no conceder permisos de perforación, y a en un futuro prohibir la producción de petróleo y gas en sus territorios. Dinamarca y Costa Rica son los fundadores. Francia, Groenlandia, Irlanda, Suecia, Gales, California y Quebec se han unido como miembros de pleno derecho, junto con Portugal, Nueva Zelanda e Italia como miembros de menor rango. México no es parte de esta alianza.

Pese a lo anterior, un aspecto a resaltar de la participación de México en la COP es que forma parte de los 30 países que acordaron colaborar para que los vehículos de emisiones cero se conviertan en la nueva normalidad, haciéndolos accesibles, asequibles y sostenibles en todas las regiones para 2030 o antes.

Asimismo, como el resto de los países parte de la CMNUCC, México debe revisar y aumentar la ambición de la NDC presentada antes del balance global que tendrá lugar en 2023. También tendrá que presentar un plan de implementación claro y transparente sobre cómo va a alcanzar las metas a 2030 y los montos de financiamiento que se destinarán para ello.

El cierre de plantas de carbón y el uso del combustóleo en la generación de electricidad, junto con compromisos para duplicar la capacidad de generación con energías renovables, deben ser parte de los compromisos revisados y ruta de implementación para esta década.

Este texto se publicó originalmente en WRI, disponible aquí.

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