El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) aprobó un préstamo de 200 millones de dólares para promover la competitividad y la resiliencia ambiental en Bahamas. Los fondos permitirán mejorar el clima empresarial, apoyar la continuidad de las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes), modernizar el marco institucional y legal para proteger los recursos naturales, y favorecer la diversificación económica mediante la promoción de desarrollos científicos e institucionales en la Economía Azul.
El programa se sustenta en el mandato y visión del Comité de Recuperación Económica de Bahamas de promover una economía resiliente, dinámica, inclusiva y sustentable, a la vez que impulsa el crecimiento liderado por el sector privado bajo un amplio y fortalecido marco ambiental.
Esta es la primera de dos operaciones bajo la modalidad de Préstamo Programático de Apoyo a Reformas de Política (PBP), que se hallan vinculadas técnicamente entre sí pero son contractualmente independientes una de otra.
El proyecto permitirá mejorar y modernizar el ambiente de negocios al incrementar la transparencia y gobernanza de los mercados de capital y facilitar el proceso de obtención de licencias empresariales a las compañías de bajo riesgo. También apoyará la continuidad de las Mipymes y el fortalecimiento de sus capacidades técnicas en el corto y mediano plazos.
Asimismo, el programa modernizará el marco legal y regulatorio para mejorar la resiliencia ambiental, con la creación del Ministerio de Medio Ambiente, la adopción de nuevas leyes para el control de la contaminación con plásticos, la evaluación de impactos ambientales, las prácticas de adquisiciones sustentables, y la promoción de recursos científicos para el desarrollo de la Economía Azul. Al mismo tiempo, favorecerá la gobernanza y el manejo financiero de las Áreas Marinas Protegidas, que es parte del ambicioso objetivo estratégico de Bahamas para proteger el 20 por ciento de su ambiente costero y marino para el 2020.
Las reformas políticas del programa son una combinación de iniciativas que apoyan a entidades tanto del sector público como del privado y que consolidan el ambiente de negocios en una forma sostenible y resiliente, al tiempo que protegen los recursos naturales del país.
Sumado a ello, los diferentes actores del sector de la Economía Azul se beneficiarán con las iniciativas enfocadas en promover su desarrollo. Simultáneamente, la ciudadanía en general también gozará de los beneficios de las áreas marinas protegidas (mejores barreras naturales para la resiliencia ambiental y una pesca más sostenible), incluyendo externalidades positivas derivadas de las medidas para el control de la contaminación con plásticos.
El préstamo del BID de 200 millones de dólares tiene un plazo de amortización de 20 años, un período de gracia de cinco años y medio y una tasa de interés basada en LIBOR.