El laboratorio de innovación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID Lab) ha aprobado una inversión de 4.3 millones de dólares para atender las necesidades de financiamiento originadas por emergencias climáticas y crisis de otra índole en Honduras, El Salvador y Guatemala, con la previsión de ampliarse posteriormente al resto de América Central y República Dominicana.
La iniciativa, en colaboración con la Fundación Covelo de Honduras, aspira a un presupuesto total de más de 60 millones de dólares y dará un apoyo a las micro y pequeñas empresas, y a productores rurales por conducto de una gama de proveedores de servicios financieros inclusivos (PSFI) de la región, para que se recuperen de las crisis actuales y mejoren su resiliencia ante futuras emergencias.
Las consecuencias devastadoras de las tormentas tropicales Eta e Iota de finales del año pasado unidas a la crisis provocada por la pandemia por COVID-19 han dejado en situación de fragilidad a las economías de América Central, particularmente las de Honduras, El Salvador y Guatemala.
Esta situación afecta en mayor medida a la población y a los negocios de los más vulnerables y marginados, que carecen de acceso oportuno a financiamiento para la reactivación económica en el momento en que más lo necesitan.
Muchos de los PSFI que operan en la región sufren, dada la coyuntura actual, descapitalización y carecen de la liquidez necesaria para atender a la población afectada.
Con este proyecto BID Lab espera inyectar financiamiento inmediato a los proveedores de servicios financieros para que lo canalicen hacia las micro y pequeñas empresas y pequeños productores (MYPEP) afectados, así como establecer una facilidad de largo plazo que atienda las necesidades de financiamiento de los PSFI para enfrentar los efectos de estas y de futuras crisis y, finalmente, asistirlos en mejorar la capacidad de estas instituciones para analizar una diversidad de riesgos, considerando los fenómenos climáticos y naturales.
La iniciativa beneficiará en sus primeros años de implementación a una cifra estimada de 40 mil micro y pequeñas empresas, ubicadas principalmente en zonas marginales urbanas y en áreas rurales. Se trata de negocios, muchos de ellos liderados por mujeres, que no están normalmente bancarizados y que suelen acceder a préstamos por un monto promedio comprendido entre los mil 500 y los 5 mil dólares.
“Es un orgullo para nosotros ser parte de la creación de la primera facilidad financiera en la región de carácter permanente enfocada en mejorar la resiliencia de las PSFI y de las MYPEP afectadas por fenómenos climáticos y desastres naturales”, señala Irene Arias, CEO de BID Lab. “Estas emergencias afectan de manera recurrente y desproporcionada a las poblaciones vulnerables de la región, por eso desde BID Lab damos prioridad a estos esfuerzos”, añade Arias.