Naciones Unidas.- Los Estados insulares en desarrollo son un caso especial en la arena del desarrollo sostenible, de acuerdo con Naciones Unidas, por su vulnerabilidad frente al cambio climático; además, la cuarta parte de su población vive a un máximo de cinco metros sobre el nivel del mar que sigue subiendo y amenaza la propia existencia de algunos de estos países.
También muchos de ellos enfrentan una deuda soberana que consume gran parte de sus recursos y les impide avanzar en la mitigación del fenómeno y la reducción de riesgos de desastres.
El Departamento de Economía y Asuntos Sociales de las Naciones Unidas realizó una lista de 52 pequeños países y estados insulares en desarrollo; que están divididos en tres grandes regiones, el Caribe; Pacífico; así como África-Mediterráneo-Mar de China-Oceáno Índico.
La declaración fue adoptada en la sede del organismo en Nueva York, en el marco del debate de la Asamblea General que se realizó la semana pasada, como parte de la reunión de alto nivel para Revisar las Modalidades de Acción Acelerada de los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo, también conocidas como Trayectoria de Samoa por ser acordadas en ese país en 2014.
De acuerdo con un reporte de la ONU, la Trayectoria de Samoa es un plan de desarrollo en el que los Estados en cuestión se comprometieron entre otras cosas a apresurar el avance de los servicios básicos a la población, la creación de empleos, la construcción de obras públicas y la protección del medio ambiente y derechos humanos.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, recordó que esos países requieren atención e inversiones a largo plazo por parte de toda la comunidad internacional, sobre todo para ayudarlos a mitigar los efectos del cambio climático e impedir que éstos frenen su desarrollo.
“Lo he visto en Barbuda y Dominica y más recientemente en Bahamas. El huracán Dorian fue el infierno en la tierra”, recordó Guterres.
Apuntó que los pequeños Estados insulares lideran las ambiciones y esfuerzos mundiales contra la amenaza climática, en línea con las recomendaciones del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático y se refirió al compromiso que hicieron en la Cumbre sobre Acción Climática del lunes pasado de lograr la neutralidad de sus emisiones de carbono y operar un 100 por ciento con energías renovables para 2030.
“Pero el clima acumula injusticia sobre injusticia”, lamentó Guterres haciendo alusión a la contribución prácticamente nula de estos países al calentamiento global.
“Debido a su condición de economías de renta media, muchos de ellos están atrapados en un ciclo acelerado e insostenible de desastres y deuda. El mundo tiene que actuar y romperlo”, apuntó Guterres.
“Llegó el momento de tomar grandes decisiones y hacer grandes inversiones en los pequeños Estados insulares en desarrollo. La declaración política (adoptada) clama por buscar formas de ayudarlos a gestionar los riesgos de desastres, a invertir en infraestructura resiliente ante el clima y a transitar hacia la energía renovable”, destacó el funcionario.
Guterres resaltó que la declaración también urge a las instituciones internacionales a ayudar a esos países, en especial a los más endeudados, a acceder al financiamiento. “Las soluciones existen y es momento de implementarlas”.