Berlín.- El Departamento Federal de Medioambiente de Alemania informó que las emisiones de dióxido de carbono se redujeron 6.3 por ciento en el último año y estima un descenso aún mayor derivado de las medidas para combatir el coronavirus.
Al presentar su informe anual, el presidente del departamento Federal de Medioambiente, Dirk Messner, atribuyó la disminución principalmente a las medidas emprendidas en los últimos años contra el cambio climático, pero también a la reducción de la actividad económica y a la modificación de los hábitos ciudadanos a raíz del brote de Covid-19 en el país.
Sin embargo, indicó que el llamado "efecto coronavirus" es todo lo contrario a algo deseable y afirmó que la lucha contra el cambio climático es algo "que debe mantenerse por encima de catástrofes como la actual".
Además, advirtió sobre un eventual segundo efecto contraproducente del coronavirus a mediano plazo que consistiría en el abandono de la promoción de las energías renovables al considerarse que existen otras prioridades económicas en medio de la alarma actual.
Por su parte, la Ministra de Medioambiente, Svenja Schulze, dijo que la lucha contra el cambio climático es de largo recorrido y apenas esta empezando a recoger algunos frutos, pero éstos no servirán de nada si se abandona.
Asimismo, rechazó que las medidas de choque aprobadas por la gran coalición de la canciller Angela Merkel el pasado septiembre haya producido el descenso de las emisiones, pues "el margen es demasiado corto como para que se reflejase en el cómputo anual".
En contraparte, aseguró que la reducción se ha logrado por las iniciativas impulsadas en los últimos cinco años y que son de carácter provisional, mientras se realiza la sustitución de energías fósiles por las renovables, así como los avances conseguidos en eficiencia energética.
Aunque Schulze reconoció haber dudado al convocar a los medios para dar los detalles del informe, consideró que el objetivo de luchar contra el cambio climático debe mantenerse muy en alto, al ser algo "de lo que depende nuestro futuro y el de las siguientes generaciones".
En septiembre pasado la gran coalición entre conservadores y socialdemócratas aprobó un plan de choque que contemplaba un volumen de inversiones de hasta 54 mil millones de euros hasta 2030 en materia de energía, transporte y construcción a fin de alcanzar una reducción del 55 por ciento de las emisiones de CO2 con respecto a los niveles de 1990.
Esto, luego de que el gobierno alemán admitiera que no lograría cumplir con la reducción del 40 por ciento de la reducción de emisiones marcada para 2020.