Bruselas.- Ese recorte de emisiones que contribuyen al cambio climático, que equivale a 16.4 millones de toneladas de CO2, sería el resultado de imponer una tasa de 0.33 euros por litro al queroseno de todos los aviones que despegaran en la UE, sin importar su lugar de destino.
Sería el equivalente a retirar ocho millones de vehículos de las carreteras, indicó Transport & Environment en un comunicado, en el que recordó que desde 2003 los Estados miembros de la UE tienen la potestad de aplicar impuestos al queroseno y subrayó que así lo hacen países como Estados Unidos, Japón, Australia o Canadá.
El informe concluye también que las consecuencias negativas de gravar el combustible de los aviones en términos de empleo quedarían subsanadas por la actividad creciente de otros sectores.
"El impacto negativo sobre el empleo en el sector aéreo y sus suministradores quedaría borrado por el impacto positivo en otros sectores, resultante de un alza de las recetas fiscales que puede implicar bien un aumento del gasto público bien una bajada de otros impuestos y un alza del consumo", indica el estudio.
El estatus único y deplorable de Europa como un paraíso fiscal de queroseno es indefendible.
El director de (T&E), Bill Hemmings, consideró que "las décadas de vacaciones a los impuestos sobre el queroseno de la aviación deben terminar ahora".
"Esto es esencial para combatir el cambio climático y ayudará a los millones de personas afectadas por el ruido insoportable de las aeronaves. El estatus único y deplorable de Europa como un paraíso fiscal de queroseno es indefendible", dijo.
Según un informe publicado por la Comisión Europea el pasado enero, la aviación fue responsable del 3.6 por ciento del total de emisiones de gases de efecto invernadero en los 28 Estados miembros de la UE en 2016, lo que supone el 13.4 por ciento del total del sector del transporte.
En ese estudio, Bruselas proyectaba un "probable" incremento del tráfico aéreo del 42 por ciento entre 2017 y 2040