Johannesburgo.- Las muertes de rinocerontes por cazadores furtivos en Sudáfrica, país con la mayor colonia de estos animales en el mundo, aumentó un 14.5% en 2021 respecto a 2020 (año en que las medidas por la covid-19 limitaron la caza), pero el número de fallecimientos anuales es menor que antes de la pandemia.
En 2021, Sudáfrica tuvo que lamentar la pérdida de 451 rinocerontes, frente a los 394 ejemplares que habían sido cazados para obtener sus cuernos en 2020, según informó este martes el Ministerio de Medioambiente sudafricano en un comunicado.
En ese año precedente, los confinamientos y las restricciones de viaje internacional (Sudáfrica, en concreto, tuvo casi la mitad de 2020 sus fronteras cerradas) habían contribuido notablemente a reducir las posibilidades de caza, mientras la nación austral continuaba mejorando sus programas de vigilancia.
En ese sentido, el Ministerio de Medioambiente destacó hoy que, pese a la mala noticia del alza interanual de pérdidas, los niveles de caza furtiva mantienen una tendencia descendente en comparación a 2019, cuando Sudáfrica perdió 594 rinocerontes.
Además, el departamento enfatizó que los parques nacionales sudafricanos vieron mejores cifras incluso que en 2020 y que las alzas se deben, sobre todo, a un aumento grave de la caza en las reservas privadas.
"En 2021, 209 rinocerontes fueron cazados por sus cuernos en los parques nacionales sudafricanos, todos en el Parque Nacional Kruger. Esto es, de hecho, un descenso en comparación con 2020, cuando 247 fueron cazados en los parques nacionales", indicaron las autoridades sudafricanas.
Kruger (noreste), una de las mayores reservas naturales de África y hogar de la mayor parte de la población sudafricana de rinocerontes, ha sido históricamente el escenario de la gran mayoría de los rinocerontes víctima de la caza y el año pasado había registrado 245 ejemplares muertos.
Las buenas cifras de 2021 se deben, según el Gobierno sudafricano, al "incremento de la intensidad de las actividades contra la caza furtiva", con un programa coordinado entre la Policía y los cuerpos de vigilancia medioambiental que ha llevado a un aumento de los "arrestos y condenas".
La tendencia de descenso de las muertes en los últimos años parece haber dado la vuelta a la grave explosión de la caza furtiva que se había registrado durante una década, desde 2008, y que ponía en serio peligro la supervivencia de la especie a medio plazo.
En 2007, sólo habían muerto 13 rinocerontes en Sudáfrica, pero en 2014 se alcanzaron las cifras más preocupantes, con mil 215 rinocerontes cazados, y solo en 2018 se logró bajar del millar (769).
Los furtivos buscan sus cuernos, que se venden sobre todo en los mercados asiáticos, donde se les atribuyen propiedades curativas y afrodisíacas.
En el mercado negro, el cuerno alcanza valores de entre 60 mil y 80 mil dólares por kilo (entre 52 mil y 70 mil euros) por kilo.
En Sudáfrica se estima que viven unos 20 mil ejemplares, lo que supone de lejos la mayor colonia de estos animales en el mundo.