México.- Entre 2009 y 2018 alrededor de 14 por ciento de los arrecifes de coral murieron, y en los últimos años la presencia de algas, un indicador de la degradación de estos ecosistemas, incrementó 20 por ciento, señala el reciente informe de la Red Mundial de Vigilancia de los Arrecifes de Coral.
Con el fin de diversificar las estrategias de restauración de los arrecifes coralinos, un grupo de investigación del Cinvestav Unidad Mérida, encabezado por Jesús Ernesto Arias González, evaluó un enfoque para recuperar las poblaciones de peces arrecifales en el Caribe mexicano, el cual se basa en la captura de postlarvas de diversas especies, su cultivo en acuarios hasta su transformación en juveniles y su liberación en sitios específicos.
Cabe destacar que el estudio reporta por primera vez el análisis de esta metodología como herramienta potencial para la recuperación de la biodiversidad de los arrecifes en la región.
“En el Caribe la restauración se ha centrado en los corales, pero trabajos realizados en otras zonas han dado cuenta de que los peces arrecifales pueden ser clave para conservar la biodiversidad y las funciones del ecosistema en cuestión”, explicó Camilo Cortés Useche, quien participó en la investigación durante su posdoctorado en el Cinvestav Unidad Mérida.
Es el caso de los peces herbívoros que pueden controlar la cantidad de macroalgas presentes en el arrecife y con ello evitar afectaciones a los corales, ocasionadas por la disminución de la luz y el oxígeno.
Los resultados, publicados en Frontiers in Marine Science, indican que el método evaluado (captura, cultivo y liberación), puede apoyar los esfuerzos de restauración en la región del Caribe, en especial en arrecifes con poblaciones de peces disminuidas o en donde las redes tróficas (alimenticias) se encuentran desequilibradas.
Entre los datos reportados está que el verano es el periodo más apropiado de captura de las postlarvas en el Caribe, y que utilizar dos tipos de trampa de luz permitió recolectar 748 individuos en esta fase de desarrollo correspondientes a 40 especies de peces arrecifales, el equivalente a 40 por ciento de la diversidad registrada para la región.
Otro de los resultados es que 80 por ciento de las 748 postlarvas colectadas y mantenidas en condiciones de acuario, sobrevivió hasta el día 15 después de la captura. Mientras que los juveniles de la especie Stegastes partitus (damisela bicolor), liberados tras 32 días de cultivo como parte de un protocolo piloto, tuvieron un porcentaje de supervivencia de 100.
Además, se identificó a los arrecifes Manchoncitos (en la Riviera Maya) y La Francesita (Cozumel) como sitios potenciales de liberación de los juveniles cultivados, esto basado en el monitoreo de las condiciones del hábitat y de las especies de corales y peces presentes, lo cual es vital en la implementación del enfoque propuesto y para determinar si las especies a liberar podrían debilitar o impulsar los esfuerzos de restauración, dijo Cortés Useche, primer autor del artículo.
En la primera fase de la investigación, de julio a octubre de 2018, se realizaron capturas mensuales de las postlarvas en tres áreas arrecifales del norte de Quintana Roo: Punta Inah, Punta Venado y Calica. Posteriormente, se procedió a hacer un listado taxonómico de las especies recolectadas.
En una segunda etapa las postlarvas fueron acondicionadas en acuarios y distribuidas en peceras según la especie o su comportamiento (territorial, agresivo o pasivo), ahí se les mantuvo dos semanas con los cuidados necesarios para que completaran su metamorfosis hacia juveniles.
Respecto de la fase de liberación, los investigadores llevaron a cabo un experimento piloto en una estructura artificial que simula un arrecife, para lo que se enfocaron en S. partitus, la especie más abundante en las colectas y cuyo comportamiento permite monitorearla, ya que no migra dentro de su hábitat. La prueba incluyó postlarvas colectadas y cultivadas durante 32 días, así como juveniles recolectados y liberados un día después de la captura, a fin de comparar la supervivencia de ambos grupos.
De acuerdo con el artículo, si bien son necesarios más estudios para identificar a los grupos de peces susceptibles a ser recuperados a partir del enfoque analizado, la idea es que este trabajo sea un ejemplo de que la restauración de arrecifes no solo debe estar enfocada en los corales, sino en el equilibrio del ecosistema.
En la investigación, que formó parte de un proyecto de Atención a Problemas Nacionales, financiado por el Conacyt, participó el Laboratorio de Ecología de Ecosistemas de Arrecifes Coralinos del Cinvestav Unidad Mérida y contó con el apoyo en la provisión de acuarios, trabajos de campo e instalaciones del Parque Eco-arqueológico Xcaret, así como, la participación del movimiento Wave of Change de Grupo Iberostar, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales.