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Arriban más de 200 pelícanos al Bosque de San Juan de Aragón

Arriban más de 200 pelícanos al Bosque de San Juan de Aragón

Con la creación del segundo humedal artificial en el Bosque de San Juan de Aragón, las condiciones del agua del lago son más favorables para el desarrollo de la fauna.

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Pelícanos
Sedema de la CdMx

Ciudad de México.- La Dirección de Gestión del Bosque de San Juan de Aragón, de la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) de la Ciudad de México, informó sobre la llegada al lago de más de 250 pelícanos blancos americanos (Pelecanus erythrorhynchos) que, además de representar un espectáculo natural para las y los visitantes, contribuye a regular la población de peces en el lago.

La primera vez que arribaron pelícanos blancos al lago del Bosque de San Juan de Aragón fue el 18 de noviembre de 2011. Estas aves son grandes y se caracterizan por ser mayormente blancas; sus patas son de color naranja y tienen una bolsa del mismo color debajo de su pico robusto.

Además de ser un espacio para la recreación, el Bosque de San Juan de Aragón es un Área de Valor Ambiental que funge como hogar o refugio de diferentes especies silvestres no sólo de México sino de otras partes del mundo; al bosque llegan más de 135 especies de aves residentes y migratorias.

Biólogos especialistas de la Dirección de Gestión del Bosque han detectado que estas aves migran en numerosas bandadas cada año de Estados Unidos y Canadá, esto gracias a los anillos que tienen puestos algunos ejemplares en sus patas como parte de programas establecidos y que van encaminados a la conservación de la avifauna y al reforzamiento de la educación ambiental.

Las condiciones del lago son favorables para el pelícano blanco ya que ahí existen peces que los alimentan de manera natural como la Tilapia del Nilo (Oreochromis niloticus); cada pelícano puede llegar a comer de 2 a 3 kilogramos de peces por día, lo que ayuda a regular la población de estos peces en el lago.

Las y los biólogos especialistas exhortan a las y los visitantes del bosque a contemplar la belleza de estos ejemplares y contribuir a su conservación no alimentándolos con harinas y grasas, ya que pueden enfermarlos, provocarles la muerte y podrían alterar su comportamiento natural.

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