En el marco de la COP28 que se realiza en Dubai, organizaciones de Latinoamérica y el Caribe agrupadas en la Campaña Global para Exigir Justicia Climática se pronunciaron este martes de manera crítica sobre el rumbo de la conferencia y plantearon los desafíos para orientar las negociaciones en el sentido de la justicia climática.
Activistas de distintos países pusieron en el centro la crisis desde una mirada regional, alertando sobre las peligrosas decisiones que se están tomando en la Conferencia, como la promoción de falsas soluciones a la crisis climática, en particular realizando una dura advertencia en torno a la geoingeniería.
"La COP28 está considerando varias propuestas de técnicas de geoingeniería, especialmente para 'remover' carbono", afirma Silvia Ribeiro, del Grupo de Acción sobre Erosión, Tecnología y Concentración (Grupo ETC).
"Son tecnologías que no existen en realidad, son especulativas, no se conoce si funcionarán, pero conllevan nuevos riesgos ambientales y para las comunidades. Peor aún, ni siquiera serán eficientes para atender el cambio climático. Estas tecnologías son una peligrosa distracción de lo que necesitamos hacer: reducciones de emisiones de CO2 drásticas, cambiando los modelos energéticos, de producción y consumo", concluye la representante del Grupo ETC, con sede en México.
También se realizó una evaluación de los primeros días de la Conferencia de las Partes, planteando su postura en torno al Fondo de Pérdidas y Daños, donde la justicia climática no fue un factor, para las organizaciones.
"El Fondo de Pérdidas y Daños adoptado en la COP28 carece de elementos básicos para garantizar el acceso a la justicia. La justicia y la dignidad no son transacciones, algo que los partidos y algunas ONG han olvidado hace mucho tiempo en la CMNUCC. Las comunidades de primera línea tienen derecho a reparaciones, esa es la realidad", sentencia Adrián Martínez, parte La Ruta del Clima, articulación de Costa Rica.
"Cuanto más tiempo los partidos de la CMNUCC no comprendan que las negociaciones deben basarse en el derecho internacional y los derechos humanos, más nos alejaremos de la justicia climática. Un proceso moralmente fallido que reconozca el poder como justicia no traerá paz ni dignidad", concluyó.
La conferencia también tuvo lugar para plantear la relación de la crisis ambiental global y su afectación en los territorios a través de los incendios en Bolivia y la Amazonía, lo que se materializó en la voz de Carmen Capriles, coordinadora de la organización boliviana Reacción Climática.
"Es esencial honrar y recordar a las millones de vidas perdidas este año a causa de los incendios forestales. Desde seres indefensos de la naturaleza sin escapatoria hasta valientes como Johnny, el guardaparque boliviano que, protegiendo la biodiversidad, perdió su hogar ante la inminencia del fuego. La inversión en mitigación y adaptación sigue siendo crítica, no solo por que son sumideros de carbono, sino para preservar estos reservorios de recursos hídricos en un mundo donde el ciclo del agua está fracturado. Ninguna vida merece acabar calcinada por la avaricia humana. Es momento de actuar con urgencia y responsabilidad", afirmó la activista.
El activista del Movimiento Ciudadano frente al Cambio Climático (MOCICC), Osver Polo, afirmó:
"Se debe exigir a este espacio de la COP28 y a los gobiernos partes de la CMNUCC, el diseño e implementación de políticas y programas efectivos para el abandono de los combustibles fósiles", además de "rechazar la transición energética corporativa y las falsas soluciones, detener la deforestación y la ampliación de la frontera agrícola con lógicas corporativas, que destruyen los territorios, regular la minería de transición, de explotación de los minerales críticos, evitando la reproducción de las lógicas extractivas de vulneración de derechos, de violencia e inseguridad".
Respecto a las alternativas, afirma la necesidad de "promover, desarrollar, financiar y subsidiar iniciativas de transición energética justa, popular e inclusiva, con anclaje y soberanía territorial, hídrica, alimentaria y energética, democratizar la energía, desde el enfoque de género e interseccionalidad, impulsando procesos de desmercantilización energética, haciendo que la energía sea un derecho fundamental, que dignifique la vida de las personas".
También recalcó que es vital "exigir que el financiamiento climático sea dirigido hacia procesos de generación de justicia energética, reconociendo la vulnerabilidad multidimensional que el cambio climático ha generado en la región".
Así las cosas, se anunció en la conferencia que en este momento alrededor de 40 organizaciones y movimientos populares brasileños están liderando el proceso de construcción de la Cumbre de los Pueblos COP30, en 2025, en la ciudad de Belém.
"La Cumbre pretende ser un proceso autónomo y amplio de la sociedad civil organizada, con el objetivo de visibilizar las iniciativas de justicia climática que los movimientos sociales vienen llevando a cabo en los territorios", explica Maureen Santos, representante de la Federación de Órganos de Asistencia Social y Educativa (FASE). "Aprovechar esos espacios para pensar el futuro e involucrar las agendas populares de los territorios es fundamental, para procesos con más conexión y más unidad", afirmó Santos.
Finalmente el coordinador para Latinoamérica y el Caribe de DCJ, Eduardo Giesen, destacó el lanzamiento del Informe de la campaña que busca expulsar a los grandes contaminadores de las COP. "Alrededor de 2,400 lobbistas de las empresas de combustibles fósiles están acreditados en la COP28 hoy, más de cinco veces de la cantidad que hubo en la COP27".
Además reiteró el apoyo de la organización global al pueblo Palestino: "no podemos dejar de manifestar nuestra solidaridad, dolor y espanto por la continuación de los ataques de Israel sobre el pueblo palestino en Gaza, que ya tiene más de 16 mil muertos, la gran mayoría niños y mujeres".