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El consumo de soya en Europa contribuye a la deforestación: WWF

El consumo de soya en Europa contribuye a la deforestación: WWF

WWF indicó en un comunicado que los europeos están "acabando sin saberlo con los bosques en todo el mundo", ya que la mayoría de los 60.6 kilos de soya consumidos al año por el europeo medio "puede vincularse a áreas deforestadas y a sabanas y praderas transformadas en Sudamérica".

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Un cultivo de soya
Efe/Weimer Carvalho

Bruselas.- Cada habitante de la Unión Europea y del Reino Unido consume al año de media 60.6 kilos de soya, la mayoría de los cuales contribuye a la deforestación en Sudamérica, según un estudio de la organización conservacionista WWF publicado este lunes.

WWF indicó en un comunicado que los europeos están "acabando sin saberlo con los bosques en todo el mundo", ya que la mayoría de los 60.6 kilos de soya consumidos al año por el europeo medio "puede vincularse a áreas deforestadas y a sabanas y praderas transformadas en Sudamérica".

Esto significa que contribuir a la destrucción de valiosos ecosistemas naturales siempre está a solo una comida de distancia", recalcó la organización.

El informe destaca que el 90% de la soya que los europeos comen no queda recogida como un ingrediente de los productos, sino que se consume de forma indirecta, ya que la soya es el principal alimento que se utiliza para producir carne, huevos, pescado y productos lácteos.

WWF resalta que en 2020 el europeo medio consumió 237 huevos, 117 kilos de varios productos lácteos, 58 kilos de cerdo, aves de corral, carne de vaca y otras carnes, así como 2 kilos de pescado de piscifactoría.

La organización detalla que en algunos casos, como los del pollo y el salmón, la cantidad de soya utilizada para alimentar a los animales es "casi igual a la de la comida producida".

Así, se necesitan 95 gramos de soya para producir 100 gramos de salmón de piscifactoría y 96 gramos de soya para 100 gramos de pechuga de pollo. Para 100 gramos de carne de cerdo, hacen falta 41 gramos de la planta leguminosa.

"Tenemos que abrir nuestros ojos al impacto que la Unión Europea y su consumo tienen no solo en bosques, sino también en praderas y sabanas. No podemos apoyar la destrucción de una naturaleza inestimable o del sustento de personas para nuestra cena", dijo Anke Schulmeister-Oldenhove, encargada de política forestal en la oficina de política europea de WWF.

La organización recordó que en la actualidad los colegisladores de la UE (Estados miembros y Eurocámara) están debatiendo una ley comunitaria sobre la deforestación.

Las nuevas normas que propuso la Comisión Europea en noviembre quieren garantizar que los productos que los ciudadanos de la UE compran, utilizan y consumen en el mercado europeo no contribuyen a la deforestación global y la degradación forestal, impulsada sobre todo por la expansión agrícola vinculada a las materias primas.

Sin embargo, WWF criticó hoy que el alcance de la nueva ley "quedaría limitado a los bosques y pospondría una potencial inclusión de otros ecosistemas por al menos dos años".

"Como resultado, la presión existente de la producción agrícola sobre sabanas y praderas se ignora y hay un riesgo de que la nueva expansión de la producción de soya se traslade de los bosques a estos otros ecosistemas", señaló la organización conservacionista.

WWF subrayó que se ha perdido el 68% de la vida silvestre en los últimos 50 años, "mucho de ello debido a la forma en que producimos nuestra comida".

Añadió que a nivel mundial, la producción de soya se ha "más que duplicado en las últimas dos décadas y se espera que siga creciendo".

"La mayoría de la soya usada en Europa viene de Sudamérica, que es también el hogar del Amazonas, el Pantanal y el Cerrado", recordó WWF.

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