España es un destino turístico consolidado. No obstante, tras muchos años ocupando la primera posición en el ranking de competitividad turística internacional del Foro Económico Mundial, en su última edición de 2022, y tras la modificación que incorpora los nuevos pilares de sostenibilidad y resiliencia, España ha pasado a ocupar el tercer puesto.
Los destinos turísticos evolucionan en el tiempo, siguiendo un “ciclo de vida”. En la fase de consolidación de este modelo, están ya desarrollados y son muy competitivos, al menos en los términos en que esta dimensión se medía hasta ahora: poseen una infraestructura turística potente y experimentan un menor crecimiento en llegadas con respecto a fases de desarrollo previas.
Sin embargo, esa estabilización puede conducir al declive en ausencia de intervenciones para su rejuvenecimiento y adaptación a nuevas demandas.
La sostenibilidad de los destinos turísticos
Tanto para la Academia como para la Administración y el propio sector turístico, la sostenibilidad parece haberse convertido en un elemento fundamental de la competitividad y el éxito de los destinos turísticos. Dos ejemplos: los destinos turísticos inteligentes (DTI) y los indicadores del Foro Económico Mundial.
En el primer caso, uno de los cinco pilares que se miden a la hora de valorar el avance de un destino hacia ser considerado DTI es su sostenibilidad en diversos ámbitos.
Por su parte, el índice de competitividad turística más ampliamente utilizado, desarrollado por el Foro Económico Mundial, ha incorporado la dimensión de sostenibilidad y reconfigurado sus bases, otorgándole mayor puntuación a aquellos destinos que promueven un desarrollo turístico sostenible y resiliente. No en vano, el eslogan del nuevo índice es “reconstruyendo para un futuro sostenible y resiliente”. Desde 2022, se denomina Índice de Desarrollo de Viajes y Turismo (TTDI, por sus siglas en inglés).
La conclusión lógica es que el necesario rejuvenecimiento de los destinos maduros pasa por la incorporación en su planificación y gestión de un cuidado efectivo de la biodiversidad.
El nexo entre turismo y medio ambiente aparece de forma recurrente en la literatura académica: se valora el medio como una ventaja comparativa, un recurso turístico básico y un elemento clave de la experiencia turística.
Por otro lado, se señala el turismo como causa en muchas ocasiones de diversos impactos ambientales negativos. Sin embargo, escasean los estudios sobre herramientas o experiencias que incorporen la conservación de la biodiversidad y de los servicios ecosistémicos como criterio de gestión de los destinos turísticos. Y esto es especialmente crítico en un país como España, uno de los que cuentan con mayor biodiversidad en la UE.
Relación entre competitividad turística y preocupación por la biodiversidad
El turismo tiene potencial para generar cambios significativos en la actitud de la población hacia la conservación de la biodiversidad. Es posible establecer dos posibles relaciones entre el grado de competitividad o desarrollo alcanzado por un destino turístico y la percepción o preocupación sobre la biodiversidad que manifiestan sus residentes.
En el primer caso, dado que la biodiversidad es un aspecto clave para la sostenibilidad y el éxito de los destinos turísticos, es plausible suponer que los residentes de destinos más competitivos se preocupen más por preservar la biodiversidad en sus áreas.
Por el contrario, en la segunda relación, es posible que los residentes de los destinos más competitivos muestren un menor grado de preocupación por la biodiversidad como consecuencia del crecimiento turístico y, por tanto, de un posible deterioro de su territorio.
Para intentar establecer la relación existente entre competitividad turística y preocupación por la biodiversidad, hemos hecho un análisis (aún no publicado en ninguna revista académica) utilizando dos fuentes de datos:
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Los datos de competitividad de las diferentes regiones provienen de EXCELTUR utilizando 82 indicadores.
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La preocupación por la biodiversidad se establece a partir de una reciente encuesta de 2,200 entrevistas representativa de la población española mayor de 18 años elaborada por GAD3 para ENGIE que incorpora la pregunta: “¿Hasta qué punto está usted preocupado por la protección de la biodiversidad?”.
Al analizar las relaciones entre la competitividad turística y la preocupación por la biodiversidad en España, se observa que existe una correlación positiva de 0,35. Esto sugiere que la relación predominante entre ambas variables (con algunas excepciones regionales) es la primera mencionada anteriormente: a medida que aumenta la competitividad turística, es más probable que los residentes de los destinos muestren una mayor preocupación por la biodiversidad.
Esto demuestra la conciencia y sensibilidad de los residentes en España hacia este aspecto crucial de la competitividad de los destinos que, además, garantiza su sostenibilidad a largo plazo.
No solo se trata de compensar los impactos negativos del turismo, sino también de la regeneración de entornos, que está estrechamente relacionada con la biodiversidad. Un entorno natural, incluyendo también a destinos urbanos, es fundamental para brindar satisfacción tanto a residentes como a visitantes, ya que constituye la base de su bienestar.
Claves para recuperar el liderazgo turístico
La futura Estrategia de Turismo Sostenible de España 2030 debe contribuir a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ya mencionada Agenda 2030 de Naciones Unidas.
La evolución de los indicadores internacionales, pero también la preocupación que reflejan los españoles al ser preguntados, apuntala ese necesario compromiso con las diferentes dimensiones de la sostenibilidad (ambiental, socioeconómica, territorial).
En esa línea, la Organización Mundial del Turismo, consciente del papel de la actividad turística en el avance de la Agenda 2030, quiere contribuir a evaluar la forma en que el turismo puede ayudar a la protección y regeneración de la biodiversidad, así como potenciar su papel como principal recurso para los destinos turísticos.
Todo ello conduce al planteamiento de algunos hitos para potenciar la recuperación del liderazgo turístico:
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Considerar la evolución del indicador del Foro Económico Mundial y sus consecuencias: el actual Índice de Desarrollo de Viajes y Turismo pasa a contemplar la sostenibilidad en todas sus dimensiones como pilar fundamental.
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Necesidad de repensar el modelo: introducir criterios de calidad que tengan en cuenta la sostenibilidad, no solo focalizar en mejoras de rentabilidad vía incremento de precios o precarización. De hecho, hay evidencias de que la conservación de la biodiversidad parece tener impactos positivos en los ingresos regionales por turismo. Yendo un paso más allá y entendiendo la emergencia climática en la que estamos inmersos, es preciso comprender que no habrá rentabilidad posible si esquilmamos el recurso.
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Atender la preocupación de los españoles por la biodiversidad: hay que compatibilizar dicha preocupación con la gobernanza y las decisiones empresariales para garantizar la convivencia en los destinos y, por ende, el bienestar.
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Activar la capacidad tractora demostrada por parte del sector turístico: su capacidad de adaptación, respuesta y resiliencia.
Por tanto, urge una estrategia de turismo a nivel nacional acorde con la evolución de los indicadores y de las exigencias de la población, tanto visitante como residente.
Resulta oportuno recordar, a las puertas de la etapa estival que anticipa récords, que se hace necesario un turismo que actúe como agente regenerador, acorde con el panorama climático al que nos enfrentamos.