Arizona EUA.- Después de largos años de lucha por parte de grupos defensores del medioambiente, la construcción del muro en la frontera de Estados Unidos con México se ha detenido, al menos por el momento. Ahora los activistas esperan que cesen definitivamente las obras de una barrera que para muchos es símbolo de racismo y división.
Al cumplirse el plazo establecido por la orden ejecutiva firmada por el presidente Joe Biden, defensores del medioambiente recorrieron sectores de la frontera en Arizona y Texas y pudieron comprobar que las obras de construcción de la barrera han parado.
El ruido generado por la maquinaria pesada moviéndose de un lado a otro ya no se escucha, los camiones transportando de arriba abajo materiales ya no se ven, ni tampoco las pipas de agua que constantemente llegan a estos sitios.
“Nosotros y todos nuestros aliados hemos estado muy pendientes y hoy no hemos visto ningún movimiento en los sitios donde se llevaba a cabo la construcción. No hay trabajadores, la construcción está detenida”, dijo Tricia Cortez, directora ejecutiva del Centro Internacional de Estudio de Río Grande en Laredo, Texas.
Cortez, quien también es cofundadora de la coalición Ni Un Pie Más, indicó que esta mañana visitaron varios sitios y pudieron comprobar que no había ninguna actividad.
El pasado miércoles, el recién investido presidente Biden firmó una orden ejecutiva para suspender la construcción del muro fronterizo, dándoles un periodo de gracia de siete días a las constructoras para terminar sus operaciones. Este plazo venció ayer.
La orden suspende las obras por 60 días mientras se evalúa la legalidad de los fondos obtenidos por la Administración del hoy expresidente Donald Trump para financiarlas, especialmente los recursos desviados del Departamento de Defensa para este propósito.
La Administración Trump asignó más de 15 mil millones de dólares a la construcción de la barrera. Hasta principios de este mes y antes de que Biden asumiera la Presidencia el 20 de enero se habían construido 450 millas (720 kilómetros) de muro fronterizo, uno de los símbolos de la gestión de Trump.
La compañía Caddell Construction, que lleva parte de la construcción en la frontera de Texas, envió un correo electrónico a todos sus empleados notificándoles que la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) les había indicado el pasado viernes que debían suspender todo el trabajo relacionado con el proyecto.
“Esta suspensión incluye acciones administrativas, diseño, construcción o cualquier otro tipo de trabajo relacionado con el contrato”, dijo la constructora en la notificación enviada a sus trabajadores.
Por su parte, Laiken Jordahl, experto en conservación del medioambiente del Centro para la Diversidad Biológica, también hizo esta mañana un recorrido por la frontera de Arizona. “Es increíble la diferencia de la imagen de la semana pasada al día de hoy. Hace una semana veíamos una intensa e interminable actividad de camiones y trabajadores; ahora, nada”, dijo.
Indicó que solamente pudo ver a un subcontratista aparentemente soldando una pieza en el muro ya existente, pero nada que indicara que la construcción continúa.
Jordahl recorrió ayer partes del Parque Nacional Coronado, donde también se llevaba parte de la construcción, y no vio a ningún trabajador.
El silencio del desierto que ahora se puede apreciar en la frontera brinda esperanzas a los defensores del medioambiente.
Sin embargo, tanto Jordahl como Cortez saben que el alto a la construcción del muro fronterizo por el momento es solo una pausa de 60 días. Esperan que pasado este tiempo esta pausa se convierta en un alto permanente a la construcción de una barrera que para muchos es un símbolo de racismo y de división.
La lucha no será fácil, ya que la Administración Biden aún tiene que evaluar y decidir que se hará con los contratos aprobados por la Administración Trump para la construcción del muro. Esta lucha legal puede costar varios miles de millones de dólares para revocar los contratos con las constructoras.
Los ambientalistas también han hecho un llamado a la Administración Biden no solo para que no se construya "ni un pie más” del muro fronterizo, sino también para que sean derribados sectores que afectan el medioambiente.
Críticos de la orden del presidente Biden aseguran que detener la construcción no solo pondrá en riesgo la seguridad nacional sino que también dejará sin trabajo a cientos de trabajadores en la frontera.