Nueva York / Ginebra - Mientras la guerra en Ucrania sigue haciendo estragos, el aumento vertiginoso de los precios de la energía está agravando una crisis existencial del coste de la vida para cientos de millones de personas, advirtió el Grupo de Respuesta a la Crisis Mundial (GCRG) del Secretario General de la ONU sobre Alimentación, Energía y Finanzas.
A pesar de esta alarmante situación, las principales empresas petroleras y de gas han registrado recientemente unos beneficios récord, que el Secretario General Antonio Guterres, que ha presentado hoy el informe, ha calificado de "inmorales".
"Los beneficios combinados de las mayores empresas energéticas en el primer trimestre de este año se acercan a los 100 mil millones de dólares. Insto a los gobiernos a gravar estos beneficios excesivos y a utilizar los fondos para apoyar a las personas más vulnerables en estos tiempos difíciles", dijo.
El tercer informe del GCRG recomienda a los gobiernos que busquen las formas más eficaces de financiar soluciones energéticas, como las transferencias de dinero en efectivo financiadas con fondos públicos y las políticas de reembolso, para proteger a las comunidades vulnerables de todo el mundo, incluso mediante impuestos extraordinarios a las mayores empresas de petróleo y gas.
Al mismo tiempo, el informe insta a una transición hacia las energías renovables. El informe llega tras la histórica Iniciativa del Mar Negro sobre los cereales, acordada por Rusia, Turquía y Ucrania, bajo los auspicios de las Naciones Unidas, el 22 de julio, que allana el camino para que el primer cargamento de cereales de Ucrania salga del puerto de Odesa el 1 de agosto.
Mayores contratiempos en el acceso a la energía
Cada vez se teme más que el aumento del coste de la energía pueda excluir de los mercados energéticos a muchos países en desarrollo, especialmente a las comunidades más vulnerables. Estos países ya están soportando el peso de la crisis del coste de la vida, habiendo experimentado importantes retrocesos en el acceso a la energía y en el progreso del desarrollo sostenible desde la pandemia de COVID-19.
Lo que es más preocupante, podría producirse una potencial "lucha por el combustible" en la que sólo los países que pagan los precios más altos puedan acceder a la energía, advierte el informe, añadiendo que los gobiernos, por lo tanto, necesitan el espacio fiscal para apoyar a sus poblaciones más vulnerables para evitar el empeoramiento de los niveles de pobreza energética o la pérdida total del acceso a la energía. Al mismo tiempo, sin políticas que equilibren la necesidad de urgencia y la sostenibilidad, se corre el riesgo de que las políticas energéticas a corto plazo puedan encaminar a los países en desarrollo hacia un futuro energético caro y con altas emisiones.
A medida que el mundo traza su camino, sus planes deben salvaguardar sus compromisos con el Acuerdo de París sobre el cambio climático. "A los países en desarrollo no les faltan razones para invertir en energías renovables. Muchos de ellos están viviendo los graves impactos de la crisis climática, como tormentas, incendios forestales, inundaciones y sequías. Lo que les falta son opciones concretas y viables", añadió Guterres.
Resiliencia energética
El informe deja claro que la guerra en Ucrania y la crisis energética mundial que ha provocado es un duro recordatorio de la necesidad de resiliencia energética y de un mayor impulso a la transición hacia las energías renovables. Sin embargo, para acelerar la transición, y tal y como señala el Secretario General, es necesario que existan políticas, incluidas medidas de protección social para los afectados por la transición, tecnología, subvenciones, inversiones y materiales para apoyar las energías renovables, y que estén disponibles.
El informe subraya que todas las políticas y medidas de protección a corto plazo deben contribuir a mitigar la crisis, incluidos los esfuerzos para promover la eficiencia energética y la reducción de la demanda, y no agravarla, como las subvenciones generales a los combustibles fósiles.
A medio y largo plazo, el mundo debe redoblar la apuesta por las energías renovables para alcanzar el objetivo de cero emisiones, luchar contra la pobreza energética e impulsar y diversificar la combinación energética mundial. Para ello, el informe reclama la necesidad de aumentar significativamente la inversión mundial.
"Las energías renovables son a menudo la fuente de electricidad más barata y más rápida de desplegar para muchos países. Pero esto sólo es cierto si nos aseguramos de que las cadenas de suministro funcionen bien y sin cuellos de botella; de que la mano de obra tenga las competencias adecuadas y de que se disponga de fondos suficientes para las inversiones iniciales", dijo Rebeca Grynspan, Secretaria General de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), que coordina y dirige la elaboración de los informes del GCRG.
"Para cumplir estas condiciones tenemos que aumentar la financiación y la transferencia de tecnología para los países en desarrollo y los pobres energéticos del mundo", añadió en la presentación.
Según el informe, una transición ambiciosa de la energía renovable, que incluya la formación, podría crear 85 millones de puestos de trabajo adicionales en fuentes de energía renovable, eficiencia y otros sectores relacionados con la transición energética para 2030.
Además, la producción de energía renovable suele ser la fuente de producción de energía menos costosa y con tiempos de instalación más cortos, y proporciona a los países seguridad energética, reduciendo la exposición futura a la volatilidad de los precios del petróleo, el gas y el carbón.