Copenhague.- En el caso de la Unión Europea (UE), la concentración de partículas al aire libre de tamaño inferior a 2.5 micras (PM2.5) provocó 374 mil muertes en 2016, 17 mil menos que en 2015.
La Agencia Europea del Medio Ambiente (AEMA) destaca que los datos confirman que las normativas vinculantes y las medidas locales han tenido efectos positivos en la calidad del aire, y que aunque los registros pueden cambiar de año a año por las variaciones meteorológicas, la cifra es consistente con los datos desde 1990, con una reducción de medio millón de muertes.
El estudio resalta no obstante que casi todos los europeos que viven en ciudades siguen expuestos a niveles de polución que superan las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Comparadas con las pautas de este organismo, las concentraciones de PM2.5 eran superiores en el 69 por ciento de las 4 mil estaciones de control en el continente; y con los valores recomendados por la UE, menos exigentes, lo eran en siete estados miembros (Bulgaria, Croacia, República Checa, Italia, Polonia, Rumanía y Eslovaquia).
La polución, que incluye también dióxido de nitrógeno (NO2) y ozono troposférico (O3), continúa provocando daños en la salud y en la economía, en forma de mayores costes sanitarios, menor rentabilidad de la agricultura y silvicultura y menor productividad laboral.
Europa tiene una oportunidad única de impulsar una agenda ambiciosa que encare las causas sistémicas de la presión medioambiental y la contaminación atmosférica.
El transporte por carretera, las plantas energéticas, la industria, la agricultura y los hogares son las principales fuentes de contaminación y están estrechamente vinculados a los sistemas centrales de producción y consumo, además de ser causantes de las emisiones de gases invernadero y la pérdida de biodiversidad.
"Europa tiene una oportunidad única de impulsar una agenda ambiciosa que encare las causas sistémicas de la presión medioambiental y la contaminación atmosférica", señaló el director ejecutivo de la AEMA, Hans Bruyninckx.
Bruyninckx destacó los "progresos" obtenidos, pero enfatizó que es hora de acelerar los cambios en los sistemas de energía, comida y movilidad para situarse "en la trayectoria del desarrollo sostenible y un ambiente saludable".