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Madrid.- Un estudio internacional en el que participaron miembros del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), mediante el cual se analizó la fisiología de 50 lagartos lacértidos o lagartijas, grupo que habita en Europa, Asia y África, reveló que los lagartos que se adaptan evolutivamente al frío, pero no al calor.
En total 45 investigadores de 17 países utilizaron métodos de secuenciación de ADN y análisis de fósiles para reconstruir la evolución de 262 especies de la familia de los lacértidos.
Indica que los lagartos son de sangre fría, por ello dependen del calor y de la exposición al sol para regularse. La relación entre la fisiología y el clima vuelve a ciertos ejemplares muy vulnerables al aumento de las temperaturas.
Mientras que algunos de éstos sobreviven en el calor del desierto de Namib (entre Angola, Namibia y Sudáfrica), otras como la lagartija vivípara pueden habitar en el círculo polar ártico.
Ignacio de la Riva, investigador del CSIC en el Museo Nacional de Ciencias Naturales de España, explica que especies como el lagarto verdinegro serían de las más afectadas.
“Las lagartijas hoy adaptadas a ambientes de montaña en zonas mediterráneas como la Península Ibérica, confrontarán problemas no sólo de reducción en la extensión de hábitats favorables, sino posiblemente de competencia con otras especies más adaptables”, agregó.
Por último, el CSIC refiere que lagartos tropicales y también de zonas templadas podrían ser “tostados” ante el cambio climático y recomienda implementar planes de conservación para los ejemplares más amenazados.