En los años recientes se han consumido un millón de pinos naturales por temporada, 45% de los cuales se producen en México y el resto se importa.
Decidirse por un pino natural es una muy buena decisión si pensamos en las miles de personas dedicadas a la siembra, cuidado, cosecha y embalaje de estos árboles, proceso mediante el cual estas especies vegetales generan beneficios económicos en distintas regiones, donde también aportan servicios ambientales.
La Comisión Nacional Forestal (Conafor) promueve el consumo responsable de árboles de Navidad nacionales provenientes de plantaciones forestales comerciales (PFC) establecidas en el territorio nacional y que cumplen con la regulación y normatividad ambiental aplicable, lo que asegura la sustentabilidad y conservación de las áreas forestales del país.
Se trata de una actividad cultural de alto potencial económico dentro del sector forestal, impulsada por Conafor mediante apoyos económicos para el establecimiento de PFC para generar desarrollo económico en las zonas rurales del país, satisfacer la demanda del mercado nacional y disminuir el déficit de la balanza comercial forestal en este rubro.
Puesto que estas plantaciones se instalan en terrenos desprovistos de cobertura forestal, contribuyen a mitigar los efectos del cambio climático. Además, con un manejo adecuado estas siembras se pueden convertir en permanentes, lo que facilita una constante captura de carbono y, una vez concluido el uso ornamental de los pinos, pueden convertirse en sustratos para viveros y dar vida a nuevos árboles.
Cada año, a principios de enero, la propia Comisión da a conocer los puntos de recepción de pinos, o centros de acopio, para ser reciclados, por lo que debemos estar atentos y contribuir así al reciclaje del carbono capturado por los árboles.
A diferencia de la producción de árboles navideños artificiales, que consume gran cantidad de recursos renovables y no renovables y genera contaminación, los pinos naturales producidos en el territorio nacional tienen bajo impacto en el ambiente, contribuyen a mejorar la economía rural, generan empleo en las comunidades forestales, son productos con alta aceptación en el mercado y contribuyen a reducir el déficit de la balanza comercial forestal al sustituir importaciones.
Por todo ello, Conafor continúa dando apoyo a esas comunidades. Entre 2009-2022, se han establecido 2,945 hectáreas de PFC de árboles de Navidad en 17 entidades del país: Estado de México, Puebla, Tlaxcala, Veracruz, Michoacán, Durango, Querétaro, Hidalgo, Nuevo León y Zacatecas, entre otros.
Durante el periodo 2021-2022, la Conafor a través del Programa Apoyos para el Desarrollo Forestal Sustentable asignó apoyos a 42 pequeños productores de la Ciudad de México, Estado de México, Hidalgo, Morelos, Puebla, Tlaxcala y Veracruz, para el establecimiento de 238.7 hectáreas de plantaciones forestales comerciales de pinos navideños.
El 87% de la superficie apoyada es para el género Pinus, altamente apreciado en el centro de México por su conformación, color y aroma, seguido del Pseudotsuga o Abeto, con 8%, y el género Abies con 5%.
Por lo menos 286 plantadores mexicanos de árboles de Navidad tienen disponibilidad de comercializar 208.5 mil árboles de Navidad para la temporada 2022, distribuidos así: Guanajuato, 105,050; Veracruz, 42,000; Estado de México, 24,340; Ciudad de México, 13,525; Michoacán 10,600; Puebla; 6,900; Zacatecas 1,800; Morelos, 1,300, Querétaro 1,300; Tlaxcala, 980; Coahuila, 480, y Tamaulipas, 300.
La disponibilidad de árboles para la temporada 2022 puede ser mayor, pero diversos productores decidieron no proporcionar su información por motivos diversos. Los precios al público de estos ejemplares oscilan entre los $200 y los $2,800 pesos por árbol.
Conafor tiene identificados 286 puntos de venta en el país cuya ubicación puede consultarse en el enlace disponible aquí.
En cuanto a las principales especies importadas cada temporada navideña, se tiene registro de Pseudotsuga menziesii, Abies procera y Abies nordmanniana. El internamiento a territorio nacional se permite mediante la aplicación de estrictos controles fitosanitarios establecidos en todos los puntos de ingreso, y es la Procuraduría Federal de Protección Ambiental la instancia que verifica que los árboles cumplan con la NOM-013-SERMANAT-2020 y se encuentren libres de plagas y enfermedades de importancia cuarentenaria, motivo por el cual en 2019 se negó el ingreso a nuestro país de 5 mil árboles de Navidad.
Para esta temporada de fin de año llevemos a nuestro hogar, oficina o espacio de esparcimiento un árbol natural cultivado por productores mexicanos y apoyemos así su economía y el medio ambiente.