Nairobi.- El secretario de Estado de EU, Antony Blinken, anunció hoy en Nairobi el apoyo de su país a la negociación de un tratado mundial para combatir la contaminación del plástico y salvar la vida de los océanos en la Tierra.
En un discurso en la sede del Programa de la ONU para el Medioambiente (PNUMA), Blinken expresó el respaldo de Washington "a las negociaciones multilaterales sobre un acuerdo global para combatir la contaminación plástica de los océanos".
"Al lanzar estas negociaciones en la Asamblea Ambiental de la ONU en febrero de 2022 (en Nairobi), nuestro objetivo es crear una herramienta que podamos usar para proteger nuestros océanos y toda la vida que sustentan de los crecientes daños globales de la contaminación plástica", subrayó el secretario de Estado.
El jefe de la diplomacia estadounidense consideró "crucial" que ese tratado "pida a los países que desarrollen y apliquen planes de acción nacionales sólidos para abordar este problema de raíz".
"Como sabemos, nuestra salud, nuestra supervivencia, está ligada a la salud de nuestros océanos. Tenemos que hacer más para protegerlos", agregó Blinken, en el último día de su visita de dos días a Kenia como parte de una gira africana que le llevará también esta semana a Nigeria y Senegal.
Por su parte, la directora ejecutiva del PNUMA, Inger Andersen, aplaudió el anuncio del secretario de Estado en favor de "las negociaciones multilaterales" sobre un acuerdo global contra la contaminación plástica de los océanos.
Actualmente, el plástico -que puede tardar desde décadas hasta millones de años en descomponerse- representa el 85 por ciento de toda la basura marina, según datos de la ONU.
Para 2040, esa polución casi se triplicará, agregando de 23 a 37 millones de toneladas de desechos al océano por año, lo que significa unos 50 kilos de plástico por metro de costa.
Por eso, advierte insistentemente la ONU, toda la vida marina (desde el plancton y mariscos a aves, tortugas y mamíferos) se enfrenta al riesgo de intoxicación, trastornos del comportamiento, inanición y asfixia.
Además, el cuerpo humano es igualmente vulnerable, pues los plásticos se ingieren a través de mariscos, bebidas e incluso sal común y también penetran en la piel y se inhalan cuando se suspenden en el aire.