Chennai, India.- Un parque de reptiles, hogar de varias especies únicas y en peligro de extinción como iguanas y cobras, situado en el sur de la India, está al borde del cierre debido a una crisis financiera provocada por la pandemia del coronavirus.
Los cuidadores advierten que el último año no ha sido fácil para gestionar este parque, que alberga especies de reptiles amenazadas y se encuentra ubicado dentro del Parque Nacional de Guindy, en Chennai, capital del estado meridional de Tamil Nadu.
Problemas económicos
Esta área protegida "se enfrenta a una grave crisis financiera debido al cierre prolongado, que provocó una sangría total de los ingresos en los últimos 16 meses", apuntó el presidente ejecutivo del parque, S. Paulraj.
El presidente denunció la falta de empatía del Gobierno indio con la "patética condición" general de la conservación y el manejo de la vida silvestre en la India ya que, en su opinión, las autoridades se han preocupado muy poco por el bienestar de los animales.
El mantenimiento del parque, administrado por un fideicomiso, dependía únicamente de la venta de entradas, con lo que se lograban unos ingresos que rondaban los 8 millones de rupias (unos 110 mil dólares) al año, subrayó Paulraj.
Con las instalaciones cerradas al público y unos fondos que van disminuyendo rápidamente, el hogar de centenares de especies únicas "se enfrenta a la amenaza de un cierre permanente", lamentó.
Pese a que el parque volvió a abrir sus puertas el pasado noviembre, se vio obligado a cerrar nuevamente tras la virulenta segunda ola de covid que golpeó al país asiático a mediados de abril, colapsando hospitales y crematorios.
Pero el mantenimiento regular de los animales tuvo que continuar durante ese periodo, generando así unos gastos de los que no se ha obtenido ningún beneficio económico por el momento.
Nuevas especies
La buena noticia que ha traído el cierre del parque es que Gangetic Gharial, un cocodrilo que se alimenta de peces y figura en la lista de especies protegidas del país, así como las pitones indias, lograron reproducirse por primera vez en los últimos años, dijo el presidente.
Pero la mala noticia es que los criadores no disponen de suficientes recursos para proporcionar nutrientes a todas estas crías, que se alimentan de pescado fresco, roedores y pollos.
Disponer de crías de reptiles que se encuentran en peligro de extinción "ha aumentado el estrés financiero debido a sus necesidades especiales de alimentación", alertó Paulraj.
El mantenimiento de las nuevas pitones y especies amenazadas de cocodrilos, como el gavial del Ganges, han supuesto un esfuerzo económico extra para este icónico parque, que fue fundado por el herpetólogo Romus Whitaker en 1972, y alberga alrededor de 300 animales, entre los que se encuentran 20 especies de serpientes, y tres especies de cocodrilos, lagartos y tortugas exóticas.
Por ello, la administración se ha visto obligada a recortar casi a la mitad el personal para reducir costes y aquellos que han podido conservar su empleo, cobran la mitad de su salario habitual.
Reinventarse o morir
Para superar la crisis, el fideicomiso que gestiona el parque ha pedido permiso al Gobierno indio para establecer una unidad de extracción y venta a pequeña escala de veneno para uso medicinal.
"Se espera el permiso del Gobierno desde hace seis meses. Si el Gobierno nos hubiera permitido establecerlo (antes), la crisis económica se habría podido manejar", aseguró Paulraj.
Ante esta situación, el fideicomiso ha tenido que solicitar a las autoridades estatales, a asociaciones de caridad, así como a voluntarios individuales la donación de fondos para poder seguir administrando el parque.
"Incluso si el parque vuelve a abrir al público en uno o dos meses, las visitas serán muy pocas hasta que vuelva la normalidad tras la pandemia", sentenció.