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Nanyuki (Kenia).- "El proceso fue muy delicado. Se trata de los dos únicos rinocerontes blancos (del norte) que quedan en el mundo", declaró en una rueda de prensa en la reserva de Ol Pejeta (en el pueblo keniano de Nanyuki), el veterinario del Servicio de Conservación de la Fauna keniana (KWS), Dominic Mijele.
"La anestesia utilizada fue altamente sensible y requirió mucho trabajo en equipo y estudios preliminares. Utilizamos el protocolo de inmovilización de rinocerontes (y) monitorizamos los parámetros fisiológicos. Los animales estaban tranquilos y todo salió muy bien", explicó Mijele.
Ahora estos óvulos serán fecundados "in vitro" en un laboratorio en Italia con el esperma congelado de Suni (muerto en 2014) y Sudán, el último rinoceronte macho blanco del norte, sacrificado en marzo de 2018 en Ol Pejeta tras agravarse la enfermedad que sufría.
Posteriormente, de haber embrión, serán implantados en hembras de rinoceronte blanco del sur, detallaron los científicos, dado que tanto Najin como Fatu son estériles.
El procedimiento ha sido el resultado de años de investigación y práctica, desarrollados dentro del programa internacional "BioRescue", que ha dado sus frutos con la extracción de un total de 10 óvulos, cinco de cada hembra.
Los responsables detrás de este hito son el Instituto Leibniz para la Investigación Zoológica y la Vida Salvaje de Berlín (Leibniz-IZW), Avantea, el Zoo de Dvur Kralove, Ol Pejeta Conservacy y el Servicio de Vida Silvestre de Kenia (KWS), financiados por el Ministerio Federal de Educación e Investigación de Alemania.
"Tanto la técnica como el equipo tuvieron que ser desarrollados totalmente desde cero", apuntaron el profesor Thomas Hildebrandt de Leibniz-IZW y el doctor David Ndeereh del KWS, en referencia a la sonda guiada por ultrasonido que les permitió extraer óvulos inmaduros (ovocitos), operación efectuada este jueves.
Las dos hembras, Najin y Fatu, fueron trasladadas a Kenia desde la República Checa en 2009 junto a dos machos, Suni y Sudán, con la esperanza de que su procreación fuera estimulada por el hecho de encontrarse en su hábitat natural.
Después de varios intentos fallidos, se descubrió que las dos hembras no podían quedarse embarazadas, y tras la muerte de los dos únicos machos se decidió congelar su esperma para una futura reproducción asistida.
"Por un lado Ol Pejeta está triste de que sólo queden dos ejemplares de rinoceronte blanco del norte en el planeta", reconoció Richard Vigne, director de Ol Pejeta, reserva en la que habitan las dos hembras.
"Sin embargo, también estamos inmensamente orgullosos de ser parte de este trabajo pionero para salvar a esta especie y esperamos que esto sea el comienzo de una era en la que los humanos entiendan que el medio ambiente no es un lujo sino una necesidad", sentenció.