Al pasear por la Bahía de Guanabara, en Río de Janeiro, se puede apreciar una melodía que recuerda a un contoneo de campanas, pero, lo que en un principio puede parecer un agradable sonido de la costa de la conocida como "Ciudad Maravillosa", se convierte en una estremecedora imagen al descubrir que el origen de la música es la cantidad de contaminación que se amontona en sus orillas.
Imágenes: Janaína Quinet.
Edición y locución: Maurén Barriga