Los mercados mundiales del automóvil no tuvieron un buen año en 2022, pero los SUV (Sports Utility Vehicle) fueron una excepción, lo que aumenta la preocupación por su impacto en los esfuerzos para atajar el cambio climático.
Un fuerte aumento de las ventas de modelos eléctricos no fue suficiente para evitar que las emisiones de dióxido de carbono (CO2) de los SUV en todo el mundo alcanzaran casi mil millones de toneladas en 2022.
Las ventas totales de automóviles cayeron cerca de un 0.5% hasta situarse en torno a los 75 millones de unidades en 2022, tras el fuerte crecimiento registrado en 2021. La contracción fue más pronunciada en Estados Unidos y la Unión Europea, donde los mercados automovilísticos se contrajeron en torno a un 8% y un 4% respectivamente, debido en parte al efecto dominó de la escasez de componentes, el aumento de la inflación y la subida de los tipos de interés. Por otro lado, a pesar de los nuevos cierres de Covid-19, la República Popular China (en adelante "China") vio aumentar las ventas de turismos más de un 10%.
Los coches eléctricos resistieron la tendencia mundial, a pesar de los problemas de la cadena de suministro y el aumento de los precios de las baterías. Las ventas de coches eléctricos aumentaron en todos los mercados, impulsadas por un número creciente de modelos, los altos precios del petróleo y el apoyo de políticas específicas.
Las ventas mundiales de coches eléctricos aumentaron alrededor de un 60% en 2022, las nuestras últimas estimaciones, superando los 10 millones por primera vez, frente a las ventas de 6.6 millones en 2021.
Los principales mercados automovilísticos estuvieron a la cabeza de las ventas de coches eléctricos: más de uno de cada cuatro coches vendidos en China, más de uno de cada cinco en la Unión Europea y casi uno de cada diez en Estados Unidos fueron eléctricos en 2022, según el proveedor de datos EV Volumes.
Las ventas mundiales de SUV también aumentaron a pesar de los obstáculos en la cadena de suministro y el aumento de la inflación, creciendo alrededor de un 3% entre 2021 y 2022. En 2022, los SUV representaron en torno al 46 % de las ventas mundiales de automóviles, con un crecimiento notable en Estados Unidos, India y Europa.
Y un número cada vez mayor de SUV eran eléctricos, representando alrededor del 16% de las ventas totales de SUV en 2022, por encima de la cuota de mercado media global de los VE. Por primera vez, los SUV eléctricos representaron el año pasado más de la mitad de las ventas mundiales de coches eléctricos. Más de 400 modelos de coches eléctricos estaban disponibles en el mercado mundial en 2022, de los cuales alrededor del 55% eran SUV, frente al 40% de hace cuatro años.
El cambio hacia vehículos convencionales más pesados y menos eficientes en el consumo de combustible aumenta el crecimiento tanto de la demanda de petróleo como de las emisiones de CO2. Entre 2021 y 2022, el consumo de petróleo de los vehículos convencionales, excluidos los SUV, se mantuvo prácticamente igual, pero el consumo de petróleo de los SUV aumentó globalmente en 500 mil barriles diarios, lo que representa un tercio del crecimiento total de la demanda de petróleo.
Por término medio, los SUV consumen alrededor de un 20% más de petróleo que un coche medio no SUV. Las emisiones de CO2 relacionadas con la combustión de los SUV aumentaron en casi 70 millones de toneladas en 2022. En total, los 330 millones de SUV que circulan hoy en día emiten casi mil millones de toneladas de CO2.
Aumentar rápidamente el número de coches eléctricos en la carretera en sustitución de los convencionales es una pieza clave para alcanzar las emisiones netas cero a mediados de siglo. Al mismo tiempo, los SUV requieren baterías más grandes para funcionar, por lo que un mercado creciente de SUV eléctricos impondría una presión adicional sobre las cadenas de suministro de baterías y aumentaría aún más la demanda de los minerales críticos necesarios para fabricar las baterías.
Es posible hacer frente a estos riesgos con antelación mediante una serie de acciones: reducir el tamaño medio de los coches; aumentar el intercambio de baterías; e invertir en tecnologías de baterías innovadoras. Estas estrategias mantendrían bajo control las necesidades de inversión para desarrollar los recursos de cobalto, cobre, litio y níquel necesarios para satisfacer la creciente demanda de vehículos eléctricos.
* Laura Cozzi, Jefa de Modelización Energética. Apostolos Petropoulos, modelador de energía. Leonardo Paoli, Analista de Transporte Limpio. Mathilde Huismans, Investigadora de datos energéticos. Amrita Dasgupta, Analista de energía