San José.- Costa Rica va tras la meta de llegar al 30% de su protección marina al 2030, un reto ambicioso en el que deberá multiplicar sus esfuerzos, lo que incluye involucrar a las comunidades costeras y ser financieramente sostenible.
En el último decenio el país ha logrado proteger un 2.7% de sus mares, una cifra que deberá decuplicar en la misma cantidad de años. Pero el desafío va más allá de solamente crear áreas protegidas, sino de impulsar un manejo integral que involucre a las comunidades costeras y los servicios ecosistémicos para que esa conservación sea sostenible en el tiempo.
Para el país centroamericano, reconocido internacionalmente por su sostenibilidad y protección de la naturaleza, no se trata de un reto ajeno, ya que en el caso del área terrestre e insular resguarda un 26%, pero el esfuerzo tendrá que ser mayúsculo en la parte marina.
Para cumplirlo, el país lidera junto con Francia y el Reino Unido la Coalición de Alto Nivel para la Naturaleza y las Personas, que busca que las naciones protejan casi un tercio de sus territorios.
Además, con el objetivo de asegurar las metas planteadas por el Gobierno, la Asociación Costa Rica por Siempre, dedicada a la promoción de la conservación de los ecosistemas marinos y terrestres, lanzó el primer Fondo Azul Latinoamericano con una dotación inicial de 3.5 millones de dólares destinado a financiar la sostenibilidad en la conservación a largo plazo de las metas 30x30 (30% de protección al 2030).
"Un riesgo enorme cuando se hacen estas metas es que terminemos declarando áreas para cumplir con un porcentaje, pero que resulta que son áreas que quedan en el papel, entonces sí existen, pero no hay control, ni protección, ni personal asignado, no hay planes de manejo y no hay esfuerzos por recuperación de la biodiversidad. Por eso queremos sembrar la semilla para la sostenibilidad de esas metas y ser un ejemplo a nivel global", afirmó la directora ejecutiva de la Asociación Costa Rica por Siempre, Zdenka Piskulich.
Como parte de la línea de trabajo, el Fondo Azul apoyará la creación de áreas marinas protegidas, la expansión de algunas de ellas, y especialmente brindará herramientas de manejo, gestión y efectividad, participación social y gobernanza local, así como control y monitoreo para medir el impacto en el tiempo.
Protección integral
La iniciativa dentro de sus prioridades se enfoca en distintos aspectos del manejo de la biodiversidad y uno de ellos es impulsar la economía azul que permita enfrentar los efectos del cambio climático, asegurar el desarrollo sostenible, combatir la pesca ilegal y mejorar las oportunidades para las comunidades de la zona.
"Incluye no solamente la conservación, sino también la conservación de los diferentes ecosistemas desde los fondos marinos, montes submarinos-que son la principal ruta de migración de especies altamente migratorias, como los tiburones, ballenas, rayas, tortugas, cetáceos, aves marinas- así como fondos lodosos, hidrotermales y una variedad enorme de ecosistemas que aportan", destacó la bióloga Mónica Gamboa.
Para las expertas, la salud de estos ecosistemas de la mano de una conciencia ambiental de las comunidades costeras es la clave para una protección sostenible y eficiente en el tiempo.
"Hay un aporte de participación social y gobernanza que genera oportunidades para comenzar nuevos emprendimientos que permitan mostrar cómo esas áreas (protegidas) están generando riqueza; hay otro aporte de sostenibilidad financiera que involucra crear nuevas herramientas que generen beneficios como pago por servicios ambientales marinos, bono azules y la creación de una estrategia de monitoreo para medir el impacto en el tiempo", dijo Piskulich.
Para la Asociación Costa Rica por Siempre, el país debe conocer el costo de personal, de control, de vigilancia, y del manejo efectivo de esas áreas. Además, tiene que realizar un análisis de cuánta dinero se requiere para ponerlo en marcha, porque los 3.5 millones de dólares del Fondo Azul "no va a alcanzar para todo lo que se quiere lograr".
El último informe de Campaña por la Naturaleza, indica que los beneficios de proteger el 30% del planeta superan los costos en una proporción de al menos 5 a 1, ya que impulsa el crecimiento económico, ofrece beneficios no monetarios clave y es un contribuyente neto a una economía resiliente.
Este país de 51 mil 100 kilómetros cuadrados de extensión terrestre, posee 568 mil 054 kilómetros cuadrados de superficie marina, en la que se han identificado 6 mil 700 especies - un 3.5 % de las especies marinas reportadas a nivel global- de las cuales 90 son endémicas.