México.- El secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, Víctor Villalobos Arámbula, señaló que la implementación de buenas prácticas agrícolas, el manejo responsable de suelo y agua, el uso sustentable de los recursos genéticos y el desarrollo de tecnologías permitirán, en el mediano y largo plazos, mitigar y adaptarnos a los efectos del cambio climático en el sector agropecuario y pesquero.
El cambio climático en la agricultura es un factor que ha impactado progresivamente y de manera clara se ve reflejado en la productividad, por lo que es necesario plantear alternativas para su adaptación, afirmó durante su participación en el Diálogo: "Cambio climático en el sector agroalimentario y los territorios rurales de México".
No podemos poner en riesgo la seguridad alimentaria y claramente el cambio climático impone la necesidad de plantear nuevas alternativas
En el encuentro virtual –organizado por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA)–, Víctor Villalobos indicó que México es un país que depende, en mucho, de la precipitación pluvial, debido a que más del 70 por ciento de la tierra arable es de temporal; de ahí, agregó, la importancia del recurso hídrico para tener las cosechas esperadas, principalmente en cultivos básicos.
“Estamos ante retos muy importantes. No podemos poner en riesgo la seguridad alimentaria y claramente el cambio climático impone la necesidad de plantear nuevas alternativas, algunas de las cuales afortunadamente están en ese bagaje de tecnologías, hoy en día a nuestro alcance”, aseguró.
Precisó que “una agricultura más sustentable, más productiva y más incluyente es lo que requerimos y es lo que estamos, como Gobierno, como Secretaría de Agricultura, buscando para que podamos garantizar, como lo hemos hecho hasta ahora, la seguridad alimentaria de toda la población de nuestro país”.
Apuntó que hay prácticas que permiten reducir los impactos como son las buenas prácticas agrícolas, la labranza de conservación, reducir las quemas agrícolas o pecuarias e implementar sistemas eficientes en el manejo y en el uso del agua, así como mecanismos que tienen que ver con el adecuado uso de los recursos genéticos y los recursos naturales.
La huella hídrica, dijo, tiene que ser reducida sin impactar la productividad y, para ello, claramente están nuestros institutos de investigación, de enseñanza, que nos permiten ir incrementando o adaptando prácticas que nos ayuden a hacer un mejor uso del recurso hídrico.
Mientras que la conservación y uso sustentable de los recursos genéticos, a través de las prácticas de mejoramiento genético y las tecnologías modernas, nos permitirá ser más eficientes en el uso del agua, evitar el estrés hídrico y tener mejor control o tolerancia a plagas y enfermedades, en un contexto donde la agricultura contribuye al cambio climático y es víctima del fenómeno, refirió Villalobos Arámbula.
El representante del IICA en México, Diego Montenegro, destacó que el objetivo del evento es promover el desarrollo agrícola sostenible y equitativo en el continente americano, bajo una visión compartida entre la agricultura y el medio ambiente, con el impulso de acciones de mitigación y adaptación al cambio climático en el sector agropecuario y pequero.
Subrayó que México presenta metas de adaptación enfocadas a un campo más productivo, las cuales se han posicionado con una sólida implementación de acciones.
El país, agregó, se ubica como una de las principales naciones que promueve políticas y programas en temas vinculados con la mitigación de los efectos del cambio climático.
Aseguró que la instrumentación de sistemas de mitigación, modelos de negocio y proyectos que atiendan la vulnerabilidad en el sector, el ordenamiento territorial y la producción sostenible, son elementos básicos que se alinean a los objetivos del Instituto, a las metas programadas de bienestar de los agricultores y al logro de los compromisos de la agenda 2030.
La directora general de Atención al Cambio Climático en el Sector Agropecuario de la Secretaría de Agricultura, Sol Ortiz García, puntualizó algunos de los efectos en el sector agropecuario por la variación de la temperatura, como son: reducción en los rendimientos de cultivos, en la disponibilidad de agua y en la superficie apta para la agricultura; aumento en la susceptibilidad a plagas y enfermedades y riesgos de incendios.
En el 2020, abundó, México actualizó sus compromisos en el Acuerdo de París, mediante la vinculación y el establecimiento de mayores alcances en las acciones de mitigación y adaptación en el sector agroalimentario –en congruencia con el Programa Sectorial de Agricultura y Desarrollo Rural–, con el objetivo de transitar hacia la autosuficiencia alimentaria y el rescate del campo bajo un enfoque de productividad, sustentabilidad e inclusión.
Con la integración del Programa Estratégico de Cambio Climático (PECC) 2020-2024, se fortalecen las medidas de mitigación, el fomento de sistemas agroforestales, agroecológicos y la reducción de quemas agropecuarias, lo que incidirá en mejoras de las prácticas agrícolas y de conservación, y el manejo de las tecnologías para un desarrollo sustentable, explicó.
Respecto a las acciones de adaptación, mencionó que se aplican en materia de prevención y atención de impactos en el sector; conservación, restauración y aprovechamiento sostenible de la biodiversidad y de los servicios ecosistémicos, y gestión integrada de los recursos hídricos con enfoque de cambio climático, así como conservación de suelos y captura de carbono.
En el encuentro también participaron el subsecretario de Planeación y Política Ambiental, Jorge Arturo Argueta, y el director general de Políticas para el Cambio Climático de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Marco Antonio Heredia.
Además, la directora general del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC), Amparo Martínez Arroyo; la gerente del Programa de Cambio Climático, Recursos Naturales y Gestión de Riesgos Productos, Kelly Witkowsky, y la coordinadora de Proyectos del IICA, Leticia Deschamps.