México.- La bióloga Julia Carabias, integrante de El Colegio Nacional, inició el 24 de octubre la penúltima mesa del 5.º Encuentro Libertad por el Saber ¿Cuál desarrollo para un planeta sustentable? transmitido en vivo por las plataformas digitales de la institución.
A manera de plática, comenzó la conversación con un panorama de los cambios que México sufrió después de la llegada de los españoles al continente. Aseguró que el país tiene la mayor cantidad de ecosistemas diversos que se encuentran en el mundo junto con China.
“Tenemos el 50 por ciento transformado, la mayoría de sus cuencas contaminadas, el 57 por ciento de los acuíferos están sobreexplotados, el suelo, el aire, el agua están contaminados por desechos urbanos, industriales y agroquímicos, de los 12 millones de hectáreas de selvas sólo queda uno, hemos destruido los recursos naturales a una velocidad muy preocupante, esa es la mala noticia, la buena noticia es que todavía nos queda la otra mitad y tenemos oportunidad de hacer las cosas distintas, cada vez tenemos más herramientas e instrumentos.”
Agregó que en la Colonia se sentaron las bases para una configuración de lo que es actualmente este panorama, con ella se desestructuraron las formas de producción campesina indígena basada en los policultivos y la rotación de éstos para lograr que el suelo se recuperara después de su utilización. “Con la Colonia se reparten las tierras y los sistemas de producción se concentran hacia el extractivismo y la exportación, la minería fue el detonador más importante.”
En palabras de la colegiada, con los españoles se estableció la ganadería que no existía, el monocultivo, el arado y el trigo sustituyó al maíz, además el ganado entró en los pastizales naturales, lo que representó una sobreexplotación del recurso.
El historiador e integrante de El Colegio Nacional, Javier Garciadiego, al tomar la palabra, puntualizó que la historia ambiental es una temática que surgió hace apenas 30 años y está vinculada con el presente. En México esta disciplina atiende problemáticas como sequías, sismos, huracanes e inundaciones.
“Se conoce poco de la historia ambiental de eso que llamamos el periodo prehispánico, lo cual dificulta mucho entender las transformaciones que tuvo la irrupción de los españoles y el inicio del periodo colonial. Lo primero que tenemos que hacer es una comparación entre el poblamiento de pueblos prehispánicos, luego analizar el problema del despoblamiento y, por último, el proceso de repoblamiento.”
Para el colegiado, lo primero que se tiene que resolver es saber si se repoblaron las mismas regiones que se despoblaron durante la segunda mitad del Siglo XVI. Un segundo tema sería ver la continuidad y los cambios en los sistemas agrícolas, las dietas y los sistemas de acceso al agua. “Para mí uno de los temas trascendentales de la transformación fue el impacto en el suelo con la introducción de la ganadería, que se convirtió en una auténtica plaga.”
La trashumancia también afectó a las zonas agrícolas porque implicaba transportar enormes números de ganado por valles, caminos, pastos naturales y suelos. Otro elemento fue el impacto del cambio de asentamientos humanos en los bosques maderables. “Con la llegada de los españoles parece ser que aumentaron los alimentos que requerían de cocimientos, de uso de agua y leña. Otro elemento no menor fue la construcción de recintos religiosos que requirieron de madera para sus trechos, los retablos y las bancas.”
Agregó que el tema fundamental junto con la construcción de ciudades fue el de las minas, que requerían mucha madera para los túneles y el método de fundición, además el de los ingenios. Incluso, fue tan común el uso de la leña, que gran parte de la población comenzó a vivir de la venta de este recurso.
Por su parte, el colegiado Antonio Lazcano, se refirió al Renacimiento en Europa, que implicó ampliar los límites del conocimiento y fue el impulsor de la idea de globalización. Aseguró que los frailes llegaron a América con curiosidad absoluta y por ello crearon colegios como el de Tlatelolco para educar a los jóvenes indígenas, lo que les otorgó la calidad de antropólogos e historiadores.
“Tendemos mucho a idealizar el mundo prehispánico como si fuera una Arcadia dorada como la que pintó Diego Rivera en los murales de Palacio Nacional, pero la verdad de las cosas es que la calidad de vida era muy baja, la gente estaba sujeta a una serie de enfermedades y lo que había era un conocimiento empírico sobre las virtudes medicinales que tenían una serie de plantas.”
El biólogo mexicano explicó que si uno examina los códices se puede ver esa riqueza de cultivos y recolección de plantas y animales que se tenía, manejada con una maestría extraordinaria, así como el conocimiento del entorno. “Yo creo que el mejor reflejo del nuevo mundo que se estaba gestando a nivel global fue la expedición de Don Francisco Hernández, el protomédico de las Indias, médico personal de Felipe II, que recorrió la Nueva España e hizo una descripción extraordinaria de la flora y fauna que había en ese momento en el país.”
Explicó que la ciencia europea sufrió un deslumbramiento cuando tuvo conciencia del conocimiento empírico que se había acumulado durante milenios en lo que ahora se conoce como México. “Fueron muchos los naturalistas que expresaron su deseo de venir desde el comienzo del Siglo XVII al país por esa riqueza. Que, hay que decirlo, nos estamos acabando con una rapidez aterradora.”
La defensa de la tierra
En la segunda y tercera ronda de la mesa, los participantes se refirieron al contexto ambiental del Siglo XIX y se enfocaron en la Revolución mexicana. La bióloga Julia Carabias se refirió a la demanda principal de esta época que fue la tierra. Con la creación del artículo 27 de la Constitución, la nación se convirtió en la dueña de los recursos naturales, de la flora, la fauna y el agua, y pudo concesionarlos bajo ciertos principios de propiedad ejidal, comunal y pequeña propiedad.
“Acompañado de esto viene la Reforma agraria, una de las Leyes secundarias que surgen de la Revolución. Es con la llegada de Lázaro Cárdenas con la que se hace el reparto agrario, en ese momento fueron 20 millones de hectáreas y con Miguel Ángel de Quevedo se establecen los primeros parques nacionales, incluso en sitios donde había litigio entre la colindancia de estados, con el fin de evitar el riesgo de repartir tierras en zonas estratégicas.”
Explicó que Quevedo estableció el término los “servicios ecosistémicos” que es lo que actualmente se busca recuperar e incluir en las políticas ambientales. “La defensa de estos servicios ecosistémicos es que éstas eran zonas no solamente de reservas forestales, sino las zonas de captación de agua más importantes donde estaba asentada la población".
Por su parte, el historiador Javier Garciadiego hizo énfasis en el impacto del Siglo XX en materia ambiental y en materia de ecosistemas que se enmarcó en cuatro puntos: el primero fue el aspecto bélico, la Revolución mexicana, la violencia, que provocó la concentración de mucha población en las zonas urbanas; el segundo tiene que ver con la Reforma agraria que se identifica con el reparto agrario y que puso poca atención a la tecnología agropecuaria y al capital humano; el tercer elemento fue el petróleo y el cuarto el acceso al agua.
“Todas las afectaciones ecológicas están vinculadas al crecimiento demográfico, que demanda más recursos, más agua, más madera. Cuando México se dio cuenta de la bomba que era el crecimiento demográfico se hizo un control de la natalidad, en cambio no se puede decir lo mismo en materia ambiental. Postergó de manera irresponsable todo un plan ambiental que se requería con la misma urgencia que el control de natalidad, llegamos tarde a esta conciencia y ahora estamos pagando las consecuencias.”
El biólogo Antonio Lazcano recordó que México está en una urgencia de defender su riqueza biológica. “Los grandes ecólogos mexicanos, como Julia Carabias, han insistido no solamente en el conocimiento de la riqueza florística y faunística, sino que insisten en la necesidad de defenderla para garantizar un desarrollo armónico de todas las sociedades.”
Atrás de la defensa del ambiente lo que hay es una sociedad más igualitaria, más armónica, más sana, en donde la riqueza biológica pueda ser utilizada como una realidad adaptada al Siglo XX.
Por su parte, la colegiada Julia Carabias concluyó diciendo que entre los grandes déficits que se tienen actualmente en México existe un problema serio de acceso a la justicia, de la aplicación de la ley y una reducción de presupuesto que no permite esta construcción colectiva de las políticas ambientales.