Londres.- Brasil tiene naturaleza y paisajes que valdrían 1.5 trillones de dólares si se conservan intactos, una cantidad mucho mayor que si se explotaran con monocultivos, concluyó un equipo de científicos que evaluó 270 millones de hectáreas de bosques naturales, matorrales, pantanos y pastizales contenidos en las reservas legales del país.
Afirman también que el desierto proporciona un suministro constante de polinizadores de cultivos y controles de plagas naturales, manejan sin problemas la lluvia y las escorrentías, así como mantienen la calidad del suelo, argumentan los investigadores en un estudio publicado en la revista Perspectives in Ecology and Conservation.
“El documento pretende mostrar que preservar la vegetación nativa no es un obstáculo para el desarrollo social y económico, sino parte de la solución, al impulsar la economía sostenible en Brasil, a diferencia de lo que hizo Europa hace 500 años, cuando el nivel de conciencia ambiental era diferente”, dijo Jean Paul Metzger, ecólogo de la Universidad de Sao Paulo, quien lidera al grupo.
“Brasil protege más del 60 por ciento de su cubierta vegetal y tiene una legislación estricta. De acuerdo con el Banco Mundial, ocupa el puesto 30, detrás de Suecia y Finlandia, que cuida aproximadamente el 70 por ciento. Debe llamarse la atención sobre el hecho de que la conservación no es mala”, indicó.
La ley brasileña requiere que los propietarios rurales dejen la cubierta forestal intacta en un porcentaje de su propiedad: en la región amazónica hasta un 80 por ciento, y en otras regiones solo el 20 por ciento, pero estas áreas protegidas albergan un tercio de la vegetación natural del país.
Un proyecto de ley propuso eliminar el requisito de Reserva Legal ante el Senado brasileño en 2019, sin que prosperara. Desde entonces, un grupo de científicos, incluidos 371 investigadores en 79 laboratorios, universidades e instituciones brasileñas respondieron con un estudio que intenta establecer un valor monetario, simplemente para mantener el capital natural.
Esta nación alberga uno de los grandes bosques tropicales del mundo y uno de los centros de biodiversidad más ricos del mundo, a los cuales la crisis climática global ya causa estragos en forma de sequía y fuego, pero hay temor de que más bosques puedan estar en riesgo.
Los estudios confirmaron que los monocultivos no son sostenibles: los polinizadores animales pueden aprovechar al máximo la temporada de floración, pero luego no tienen fuentes alternativas de alimentos para el resto del año.
Otros investigadores determinaron por separado que la pérdida de bosques naturales puede ser más costosa y económicamente perjudicial de lo que se habría esperado, y que por el contrario, la naturaleza conservada y no perturbada ofrece riqueza sostenida para las economías nacionales y regionales.
Sin embargo, los agricultores preocupados por las ganancias inmediatas podrían no ser tan conscientes de las recompensas a largo plazo de la conservación. "El documento presenta información que puede refutar los argumentos de quienes quieren cambiar el Código Forestal de Brasil y eliminar el requisito de reserva legal", señaló Carlos Joly, de la Fundación de Investigación de Sao Paulo, uno de los firmantes.
Paulo Artaxo, otro de los científicos, comentó que “los agricultores a veces adoptan una visión que se centra en tres o cuatro años de ganancias personales, pero la nación se queda con enormes pérdidas. Esta mentalidad debe desaparecer. El documento lo deja muy claro”.